lunes, 20 de mayo de 2013

Me hacen gracia los guiris 5

¡Holaa!
A partir de hoy cambiaré la rutina de escribir mi comentario al principio, en lugar de al final (que seguro que muchos ni leíais...:( ) Pero bueno, solo era para comentaros dos cosas... ¡¡Tatatatatataaaaaaan!! Hhahahaha
A ver, primero de todo, os quiero decir que si vais a este blog:

Os encontraréis con una fantástica novela que hasta el momento me está encantando, os la recomiendo miiiiiil veces, no os arrepentiréis si la leéis; si hasta me lo agradeceréis y todo que os la recomendara!! jejeje 
Pues eso pasaros ( Y no es una opción, es una orden dururururu ;) )

Vale, y, ahora, mi otra noticia.................................................El tráiler de "Me hacen gracia los guiris" (que en la barra lateral de mi blog también lo encontraréis, junto al tráiler de "Between sugar and love" hecho por mi Sarii) Este tráiler, tengo que decir que lo he hecho yo, pero que quiero decirle a Sara que, realmente, este tráiler ha sido un experimento, porque me aburría y lo probé de hacer yo, pero para mi próxima novela, creo que te volveré a pedir ayuda, yo no sirvo mucho para esto... Pierdo la paciencia *_____* Aún así, espero que os guste muchísimo y valoréis mi esfuerzo :3
Gracias, gracias, gracias por seguir leyendo <3





Y sin retrasarlo más........


CAPÍTULO 5


Después de mi confesión a Simon, no tardó mucho en irse, estuvimos hablando de pocas cosas y sin demasiada importancia, aunque la despedida fue un poco... Chocante para mí.

"- Creo que mañana me voy arrepentir de habértelo dicho pero... Me ha gustado tu compañía esta noche, gracias.- Le digo a Simon mientras él ya está en el umbral de la puerta de entrada a mi casa preparado para marcharse.
- De nada, yo también me lo he pasado bien.- Se gira y me mira.- Pero espero que la próxima vez que me pidas que me quede junto a ti no sea porque me utilizas, sino porque me necesitas verdaderamente a tu lado."

Y dicho esto se fue. Me dejó con la respiración acelerada sin saber qué responderle o cómo reaccionar delante tales palabras dirigidas a mí.

Sin saberlo, la noche anterior descubrí a un Simon lleno de sorpresas, del cual nunca sabes lo que te espera estando junto a él, pero a la vez, descubrí algo más... A parte de que me moleste su constante acoso, no me molesta su compañía. Difícil de entender para mí y todo, pero este chico me hace sentir viva en todos los sentidos. Supongo que este detalle es porque me hace tener alerta cualquiera de mis sentidos para intentar descubrir su próximo movimiento.

Y aquí estoy yo, acabando de entregar un examen y siguiendo pensando en él y en sus palabras, que hicieron que estuviese sin pegar un ojo en toda la noche.

En mi cabeza tengo demasiados líos, pero hay uno que destacaba como una lucecita naranja parpadeando diciéndome "alerta". Mi gran preocupación era él, él y el poder de atracción tan fuerte que me hacía pensar en él minuto sí , minuto siguiente también.

Caminando por los pasillos del edificio me encamino a la puerta de salida para irme directamente a casa y echarme un rato la siesta. Hoy he terminado dos horas antes así que voy perfectamente de tiempo. Empujo la puerta de la salida y cuando pongo mi pie en el primer escalón para bajar las cortas escaleras que dan la bienvenida al campus universitario oigo su voz:

- Y ¿esas prisas? ¿Tan mal te ha ido el examen?- Me giro y lo enfronto de cara.- Uuuh... Con esa cara que llevas seguro que te ha dejado el novio.
- Ya sabes que no tengo novio.- Protesto cruzándome de brazos.- ¿Qué quieres?- Pregunto un poco asqueada de sus apariciones fantasmas.
- A ti, te quiero a ti, hermanita.- Se me acerca con las manos en los bolsillos haciéndome cara de niño bueno.
- Mmmmh... Interesante respuesta, pero tengo que decirte que yo quiero mantenerme apartada de ti y de tus líos, así que si quieres y te va mejor vuelve a desaparecer por un año y vuelve cuando haya pasado. O mejor, si quieres puedes tardar diez, veinte, hasta treinta años si te va bien en volver a hacerme una visita. Ahora, lárgate Sergio, no tengo humor para aguantarte.
- Sabes, Laurita...
- Que no me llames así...- Le hago una mirada asesina y sigo hablando.- O si quieres también te llamo yo a ti Sergito, ¿eeh? ¿Qué te parece?- Sigo mirándolo fijamente y con los brazos cruzados.- ¡Oh! No, lo olvidaba. Mejor será que no te llame así o tu reputación de chico malo se borrará, ¿No es verdad?
- Vaya, vaya...- Murmura divertido.- Encima de mentirosa; malhumorada.- Hace un gesto de negación con la cabeza.- Será mejor que empieces a cambiar, cariño.
- ¿Yo tengo que cambiar?- Le mio con cara de incredulidad.- Y ¿A que viene llamarme mentirosa? En ningún momento te he mentido yo, pero dalo por seguro que si hubiese tenido la oportunidad de hacerlo no dudes que lo hubiera hecho. Mejor mentirte y apartarme de ti que estar a tu lado.- Me giro y sigo bajando las escaleras a gran velocidad.
- Vale, tienes razón...- Me dice él, y yo sin poder creerme lo que me está diciendo me giro hacia él y espero que siga hablando para entender lo que dice.- Tampoco es fuera una mentira muy grave lo que me has dicho pero... Vamos a ver, ayer hablé con tu novio, así que no me digas que no tienes uno, porqué no es verdad.- Me explicó.
-¿Mi...Mi qué?- Le pregunto frunciendo el ceño.
- ¡Oh! Laura el chico de ayer. ¡No vayas a hacerte la santita ahora!- Se me queja él.- Estuve hablando con él después que saliera de tu casa.
- ¿¡Que qué!?- Sigo alucinada. 
- Bueno, Laura, quiero volver a formar parte de tu vida así que estuve hablando con él y me contó que hoy tenías examen y que te podía encontrar aquí. No me dijo nada más así que no te enfades con él, parece buen chico...- Dijo con un tono un tanto sarcástico.
- Buen chico...- Repito sus palabras con incredulidad.- Ya hablaré con él cuando lo encuentre pero... En cuanto a ti, Sergio, no quiero saber nada de ti ahora mismo. Desaparece otra vez y deja que retome mi vida tranquilamente.
- ¿Tu vida?- Da un paso para acercarme pero yo doy otro para distanciarme de él tanto como él se acerca.- Tu vida también es mi vida. ¿Crees que no me preocupa lo que hagas? ¿Dónde vas? ¿Con quién te juntas? ¿Tus sentimientos? Me importas, Laura, eres mi hermana pequeña y quiero cuidarte.
- ¿Ahora quieres cuidarme? ¡Has tenido toda una vida para hacerlo y lo quieres hacer ahora! ¡Maldita sea! Hubo momentos que te necesitaba a más no poder, necesitaba tu calor y tus palabras haciéndome creer que todo iba bien, y ¿Quieres que te diga cuantas veces lo has hecho? ¿Quieres saberlo?- Le grito.
- Laura...-Cierra los ojos como si mis palabras le dolieran.
- ¡No! ¡Vete! ¡Desaparece! Y... por favor, déjame en paz.

Dicho esto, no espero una respuesta por parte de él, me voy molesta y casi corriendo intentando, de esta manera, que Sergio no me persiga y entienda que no puedo estar junto a él, no después de lo que me hizo no quiero tener nada que ver con él. Mi enfado también repercute en la actitud de Simon, ¿Por qué tuve que hablarle a Sergio sobre mí? No tenía ningún derecho después de que yo le contara toda la verdad sobre mí.

Cruzo la esquina del campus y voy hacia la boca del metro. ¿Por qué no me deja en paz y desaparece como ha hecho hasta ahora? Preguntas como esta dan vueltas en mi cabeza. Perdida en mis comidas de tarro choco con alguien.

- ¡Dios! Lo siento.- Digo sobresaltada al ver como todas las cosas de la persona con la que he chocado están al suelo.
- No es nada.- Me responde con un acento...

No puede ser, pienso. Levanto mi mirada y me encuentro con unos ojitos azules adorables junto a un rostro angelical. Sonrío, es el chico con el que siempre está Simon y que siempre va vestido raro. Mientras le ayudo a recoger las cosas del suelo me fijo en cómo va hoy vestido; tampoco va mal, lleva un polo blanco, junto a un sombrero del mismo color. No es que destaque demasiado hoy... Espera... No, retiro lo dicho, lleva unos pantalones pitillo con la bandera inglesa dibujada en ellos. Es sorprendente como puede ir este chico vestido.
Nos levantamos del suelo y le entrego dos libros que he recogido.

- Gracias.- Me dice él.
- No te preocupes, ha sido culpa mía.
- Espera...- Me pide él cuando yo ya estoy a punto de irme.- Tú, ayer, estabas al bar junto a Pablo y Clara, ¿Verdad?
- Sí, me alegra que alguien se diera cuenta al menos, al irme nadie se fijó en que me iba...- Me quejé un poco en tono de niña pequeña.
- Claro que me dí cuenta que estabas allí. ¡Cómo para no hacerlo!- Exclama él.
- ¿Cómo?- Pregunto confusa sin entender sus palabras.
- No nada.- Hace un gesto con la mano para restarle importancia.- Es difícil que me olvide que estabas allí, Simon lleva toda la noche hablando sobre ti.- Me sonríe sincero.
- Así que Simon te ha hablado de mi...- Murmuro divertida. Pero esta diversión dura poco al acordarme de las palabras de Sergio sobre él y se me pasan las ganas de seguir sonriendo.- Bueno, supongo que nos veremos pronto.- Hablo cortésmente.
- Eso espero, si no, ya tendré a Simon para que me hable de ti.- Sigue mostrándome una hermosa sonrisa.- Por cierto soy Tom- Se acaba presentando.
- Yo Laura.- Le digo otra vez, sonriéndole sinceramente. ¿Qué poder debe tener este chico para que me muestre tan tonta e indefensa delante de su rostro de ángel?
- Sí, dalo por seguro que lo sé.- Termina diciéndome él.- ¡Nos vemos!
- ¡Adiós!

**********

Llevo media hora en la recepción del hotel esperando tener la oportunidad de hablar con Simon y... ¡Dios! Poder mostrarle lo cabreada que estoy por que hiciera lo que hizo.

- ¡Bú!- Oigo alguien detrás mío que hace que me sobresalte.- Alegra esa cara, Laura, que das miedo. Parece que vayas a matar alguien.- Giro la cabeza y me encuentro con Clara que va a sentarse a su silla.
- ¡Oh! Créeme eso es lo que pretendo hacer en cuanto le vea...- No tengo tiempo de seguir contándole a Clara mis planes porque veo mi objetivo.- ¡Tú!- Le grito, llamando la atención de las personas que se encuentran en recepción.

Simon se sobresalta y también mira en mi dirección y, cuando se da cuenta que mi grito iba dirigido a él, sonríe y se me acerca.

- No sabía que me habías echado tanto de menos- Me dice de forma egocéntrica.
- ¡Sí, no sabes cuánto te he echado de menos, he sufrido tanto solo para poder verte y decirte que eres un imbécil!- Le miro enfurecida al mismo tiempo que él arruga la frente confuso.- Pero Tú ¿¡Quién te crees para decidir por mí y hablarle a Sergio!? ¿Acaso me preguntaste si yo quería verlo? ¡Te lo conté todo, confiando en ti y tú me haces esto! Eres el ser más...
- Laura- Abre la boca él parando mi discurso.-, lo siento. 
- ¿¡Qué lo sientes!? - Pregunto irritada.- Tú no tienes idea de nada, no tenías el derecho de entrometerte en mi vida y hacer con ella lo que te apeteciera. Es MI vida, dejadme en paz todos y dejad que pueda hacer y decidir por mí sola. ¡Estoy harta! Así que ni se te ocurra volver a intervenir por mí en una decisión que solo depende de mí y de nadie más, porque ver a Sergio solo dependía de si yo quería o no y tu decidiste por mí sin dejar que yo pudiese escoger qué hacer. Y, la verdad, ahora sé que no quiero verlo, ni a él ni a ti, no quiero que vuelvas a dirigirme la palabra y... Ten por sentado que nunca voy a pedirte que te quedes a mi lado, es más, quiero que desaparezcas.- Suelto mis últimas palabras notando como escuecen mis ojos.
- Creí que te ayudaría.- Suelta sin más.
- Qué gracioso, porque has conseguido todo lo contrario.

Me giro y me voy decidida a los vestuarios de los empleados, no sin antes encontrarme de frente con Ricardo.

- Laura.- Me llama éste.- En cinco minutos a mi despacho.- Me ordena.

Ricardo es el encargado general, el que se ocupa de mantener un orden entre los clientes y los empleados, y, también, mi jefe, el que ha presenciado la escena entre Simon y yo. 

Me veo perdida, este día no podía ir peor... Ya me veo a la calle, despedida....


CONTINUARÁ :3

lunes, 13 de mayo de 2013

Me hacen gracia los guiris 4

CAPÍTULO 4


- Sergio...- Mis ojos se abren, sorprendida, al mismo tiempo que noto como en mi gola se ha hecho un nudo y que por todo mi cuerpo recorre un frío sudor.
- Ese es mi nombre.- Responde él con una sonrisa irónica.- No me has olvidado, eh.
- No me has dado tiempo a hacerlo, así que ¿Por qué no te vas y me dejas conseguir olvidarte para siempre?- Sigo yo su juego de ironía.
- Laurita, ya sabes que nunca podrás llegar a olvidarme, así que ¿Por qué tanto esfuerzo?

Esta situación me incomoda mucho, miro de reojo a Simon que sigue a mi lado mostrando una actitud de indiferencia con las manos en los bolsillos. Al verlo, se me ocurre una idea para conseguir evitar a Sergio que me intimida con cada palabra que dice.

- Simon- Llamo su atención y me mira curiosamente.- ¿Recuerdas la conversación de hace unos minutos?
- ¿Eh...?-Murmura desconcertado.
- Te dije que el día que supieras mi nombre te pediría que no te fueses de mi lado,- "creyendo que nunca llegaría ese día, claro" pienso, pero no lo digo y sigo hablando.- Ahora ya sabes mi nombre así que ¿Por qué no entras a mi casa?
- ¿Me estas pidiendo que no me vaya de tu lado?- Eleva las cejas mientras pregunta.
- Algo así.- Digo yo.
- Acepto.- Noto su emoción por el brillo que muestran sus ojos que, nunca antes me había parado a fijar en ellos y, son completamente azules hipnotizadores.

Yo hecho un suspiro de alivio. De esta forma Sergio no podrá incomodarme más, al menos por esta noche.

- Vale, ya he tenido suficiente romanticismo o lo que sea que estéis haciendo.- Empieza a hablar Sergio.- Laura, me gustaría hablar contigo, por favor.- Me suplica con la mirada este.

Esto es algo nuevo para mí, Sergio nunca ha pedido nada a nadie, simplemente, si quería algo lo cogía o lo exigía, sin tener en cuenta a los demás, por eso el hecho que me lo suplicase de esa forma me sorprende muchísimo.
Dudando de mi siguiente acto, le respondo:

- Hoy no puede ser, estoy ocupada.- Le echo una negativa.- Pero- de mi boca se escapa esta segunda oportunidad.- puede que si algún día me avises con tiempo quede contigo.
- Genial.- dice sin ningún entusiasmo aparente pero con una sonrisa de lado maliciosa.- Ya te avisaré pronto.- Se gira para empezar a caminar pero duda un segundo y vuelve a mirarme- Y que sepas que aunque haya pasado mucho tiempo, te quiero.

Estas palabras me sorprenden más aún que su presencia aquí. No puede ser que este Sergio sea el mismo que el de hace once meses. Veo como camina y su silueta se confunde entre la oscuridad de la noche, entonces, es cuando mi corazón recobra el ritmo de latidos normales y la sensación de incomodidad desaparece envolviéndome por una gran liberación.

- Ya se ha ido.- Comenta Simon con su acento inglés.- ¿Aún sigues queriendo que suba a tu casa o mejor sigo persiguiéndote al trabajo?- Sigue hablando gracioso.
- Vamos- me rindo.- entra.- Le invito a pasar dentro de casa.- Pero solo un rato.- Le acabo advirtiendo.- Mañana tengo examen y tengo que repasar.
- ¡Qué casualidad! Yo también tengo examen.
- Y ¿eso no será porque vamos a la misma universidad?- Digo yo de forma elemental.
- Mmmhh- Me afirma haciendo un murmuro.

Juntos subimos las escaleras hasta llegar a la puerta de mi piso. Abro la puerta con mi llave y antes de entrar yo le invito a pasar dentro y detrás de él entro yo a mi casa cerrando la puerta tras de mí.

- Puedes ir al comedor, yo ahora vengo. ¿Quieres algo para tomar?- Le pregunto amablemente.
- Una cerveza va bien.
- Ya... Pues resulta que no tengo cervezas.- Y antes de que hable lo corto yo diciendo:- Ni otras bebidas con alcohol, no acostumbro a beber mucho.
- Pues... ¿Una coca-cola?- Pregunta dudoso.
- Vale, un minuto.

Me dirijo a mi habitación para sacarme la chaqueta y dejar allí el bolso. También me quito las botas y me pongo las zapatillas para ir más cómoda. Salgo, voy a la cocina y cojo una lata de coca-cola con un vaso.
Cuando estoy a punto de girarme para ir al comedor oigo a Simon:

- What the f***?- Exclama.

Yo saco la cabeza por la puerta y le veo sentado en el sofá observando con miedo a Ren.

- ¿Le tienes miedo a los gatos?- Pregunto un poco extrañada.
- ¡No!- Responde de seguida.- Es solo que... Me ha espantado su llegada y...
- Ren es inofensiva, no te arañará ni te hará daño, nunca le ha hecho nada a nadie.- Le intento calmar.
- Ya, eso es lo que decís todos, pero yo y los gatos no somos muy amigos...- Sigue observándola con cierto miedo.

Yo para intentar tranquilizarlo cambio de tema.

- Toma, aquí tienes tu coca-cola.- Se la acerco mientras yo también me siento al sofá a su lado y con Ren al medio siguiendo observando a Simon.- Venga, Ren.- Llamo la atención de mi pequeña y adorable gatita.- Ven aquí.- Señalo mi falda y se viene directamente encima de mi acoplándose cómodamente encima de mis piernas mientras se oye su suave ronroneo.- ¿Ves? No hace nada.- Le sigo hablando a Simon mientras acaricio a Ren.

Me doy cuenta que no me responde y ni ha prestado atención a lo que le he dicho en cuanto él me dice:

- ¿Quién era ese chico?

Noto como la situación de incomodidad vuelve a apoderarse de todo el ambiente.

- Simon yo... no...- No sé cómo hablar de Sergio. No le he hablado a nadie de él y ahora no creo estar preparada para hacerlo y menos con él.- Sergio no es... 
- Esta bien.- Me corta él.- No tienes que contármelo.- Me sorprende gratamente su actitud.

El silencio invade la sala con el único sonido de fondo el ronroneo de Ren. Decido hablarle. Ya va siendo hora de superar mi pasado.

- Sergio no es quién crees que es.- Empiezo a decirle.
- ¿Ah, no?- Pregunta mirándome arrugando la frente.- ¿No es tu hermano?- Vuelve a preguntar.

Esta vez noto como la gola se me ha secado y que mis manos tiemblan al acariciar mi gatita.

- ¿Cómo...?- No puedo seguir haciéndole la pregunta.
- Os parecéis.- Afirma simplemente.
- Pero...
- No me lo cuentes. No soy quién para que le cuentes qué os pasó entre vosotros dos, tampoco me interesa demasiado, mientras me asegures que no es tu ex, ya me está bien.- Me hace un poco de gracia este último comentario y me envalentona para hablarle.
- No, no es mi ex. Es mi hermano.- Le aseguro.- Pero para mí desde hace casi un año que lo ha dejado de ser.- Dejo de mirarlo porque dudo que al estarlo mirándolo pueda seguir hablando.- Me abandonó. Mi padre trabajaba como explorador marino y un día, en una de sus exploraciones, tuvo un problema con la bombona de oxígeno y se ahogó, después de esto Sergio cayó en las drogas y poco después se fue, dejándome sola.- Termino confesándole.

Es la primera persona a la que se lo he contado todo y lo he hecho sin ni siquiera pensármelo dos veces, lo he soltado o puede que se me haya escapado de la boca al haberlo tenido tanto tiempo retenido dentro de mí.

- ¿Y tu madre?- Pregunta él.
- No la conocí.-Vuelvo a mirarlo a la cara y veo su mirada de pena hacia mí.- Por favor no me mires así. No necesito miradas de compasión, lo odio, por eso nadie sabe mi historia. Ya lo he pasado suficiente mal como para que ahora tenga que aguantar la pena que los demás sienten hacia mí.
- Mi mirada no es de pena.- Me dice.- Es de comprensión, me pongo en tu lugar y solo me sale hacer esta cara, no puedo evitarlo.- Me mira fijamente.- ¿Qué le pasó a tú madre?
- ¿Ahora esto se ha convertido en una sesión de psicología o qué?- Adquiero mi actitud irónica.
- Bueno podemos decirlo así, yo estoy estudiando para serlo.- Me dice él de forma natural y graciosa.

Se me escapa una pequeña sonrisa.

- Eres diferente.- Le comento.
- Y ¿es que todas las otras personas sois iguales, entonces?
- No es eso... Me refiero a que...
-... no soy como todos?- termina por mí.- ¿Que soy raro y extraño?
- No es que no piense que eres raro pero... Déjalo, es una tontería.

Vuelve el silencio, pero dura poco porque Simon me habla.

- Has evitado el tema de tu madre, ¿No quieres que lo sepa?- Comenta él.
- Al final será verdad que estás estudiando para psicólogo... Fijándote con cosas así...
- Yo nunca miento.

Me lo pienso antes de decir mis siguientes palabras.

- Yo no conocí a mi madre. Ella tenía un problema en el corazón.- Empecé a decir.- Los médicos creían que no resistiría el parto de Sergio, pero lo hizo. En cambio, con el mío, después de dos años de tener a Sergio, conmigo no pudo y murió mientras duraba el parto.

Noto como las lágrimas amenazan para salir de mis ojos, no entiendo cómo le puedo estar contando todo esto a un completo desconocido.

- Tu vida es de telenovela.- Dice Simon sacándole toda la importancia que tiene el tema.
- Si al menos sirviese para conseguir dinero...-Le sigo el juego.
- Podríamos intentar hacer una telenovela de tu vida, seguro que nos forraríamos.
- Seguro...- Murmuro entumecida por toda la situación vivida.






Continuará :3
Siento no haberos podido subir capítulo antes pero he estado liada y se me ha hecho imposible, espero que me perdonáis porque dentro de poco pienso subiros maratón ;) Así que preparaos.
Lo siento otra vez y gracias por seguir leyendo un abrazo lectores míos ^_^

sábado, 4 de mayo de 2013

Me hacen gracia los guiris 3


CAPÍTULO 3


Estoy bastante enfurecida. Este guiri se cree el centro del mundo o ¿Qué? Bufo resignada intentando calmarme al ver como sale por la puerta del hotel.

- Y ese chico, ¿Quién es?- Dice Clara haciéndome dejar de mirar la puerta, por donde ha salido junto a sus amigos, y dedicarle toda mi atención hacia ella.
- Un imbécil.- Respondo lo primero que me sale, que es pura verdad.
- Sí, tiene pinta...- Dice dándome la razón.- Pero- para de hablar un segundo intrigándome por lo que va a decir- creo que tiene interés en ti.
- Sí, claro, tiene interés en mi.- Empiezo a decir con un tono irónico.- Interés por sacarme de quicio.

Veo de reojo a Clara que se está riendo disimuladamente.

- Pero ¿Qué te ha hecho ese pobre chico?- Pregunta otra vez ella.
- ¿Qué me ha hecho?- Repito su pregunta elevando mis cejas.- Irme de egocéntrico, eso ha hecho. ¿Crees que es normal que hoy por la mañana, saliendo de la universidad me salude diciendo "hola guapa?- hablo un poco enfadada.
- Te ha hecho un buen cumplido.- Simplifica ella.
- ¿Un cumplido?- La miro fijamente.- Pues a mí me sacan de quicio los tíos que por la calle van llamando a las chicas "guapa" o "tía buena" es...-Niego con la cabeza.- horripilante. Me dan ganas de abofetearles a todos.
- ¡Qué carácter chica!- Exclama.- Yo creo que este chico es muy mono. Además, no me digas que no lo encuentras guapo.- Empieza a picarme ella.
- ¡Claro que lo es!- Digo de sopetón sin pensármelo dos veces.- Pero eso no quita que sea un idiota. Y tú misma lo has dicho antes, parece como si fuese un acosador. Es muy pesado.
- Sí, es idiota, acosador y pesado pero también es guapo, guapo y... ¡Oh! G-U-A-P-O - dice remarcando cada letra de ese adjetivo.

Dejo escapar un suspiro sin decir nada más al mismo tiempo que empieza a sonar el teléfono del lado de mi ordenador.

- El trabajo me llama.- Le comunico a Clara.

Como respuesta veo que me dedica una sonrisa amable mientras, sin nada más que hacer, apoya su cabeza en la mano del respectivo brazo que tiene apoyado en la mesa y me observa hablar por el cliente del otro lado de la línea.

**********

Clara, Pablo y yo ya hemos terminado nuestros turnos y nos vamos al bar que está dos calles más arriba del hotel.

- ¡Sí!- Dice feliz Pablo.- Esta noche será genial. Laura viene y tengo una copa gratis.- Sigue diciendo él mientras avanza caminando a un ritmo rápido.

Yo giro la cabeza hacia Clara quien también me mira y nos hacemos una mirada cómplice. Yo sonrío y vuelvo a mirar a Pablo, que desprende felicidad por todos lados.

No pasan ni cinco minutos que ya hemos llegado al bar. Es muy sencillito pero bastante grande y luminoso por dentro. Vamos hacia una mesa al fondo y allí nos sentamos.

- Venga Clara saca del bolsillo tu dinero y págame una cerveza.- Pide Pablo acomodándose en la silla.
- ¿Y el por favor?- Dice ella.
- Por favor Clara,- Empieza a decir mientras rueda los ojos.- ¿Puedes pagarme una cerveza?- Acaba diciendo mientras forma en sus labios una sonrisa exagerada y parpadea rápidamente con la intención de parecer... ¿Adorable? Cuando está consiguiendo todo lo contrario.
- ¿Estás seguro que quieres una cerveza? ¿No quieres algo más... refinado?- Le pregunto yo.
- No.- Se baja de hombros.- ¿Qué quieres que toma, entonces?- Pregunta él curioso.
- No sé...- Le devuelvo la duda.- Algo más delicado, más... ¿Gay?

Pablo se sorprende y abre los ojos de forma exagerada.

- Y ¿Qué se supone que es algo más gay?- Me pregunta, esta vez, divertido.
- No lo sé.- Protesto yo a la vez que hago un movimiento con los brazos como diciendo "basta".- Dejadlo estar solo ha sido un comentario un poco tonto.
- Pues a mí me ha hecho gracia.- Me murmura Clara, quien está a mi lado derecho.- Venga,- Dice esta vez en un tono de voz más alto.- ¿Qué quieres tú, Laura? Así voy a pedirlo en la barra todo a la vez.
- Emm...- Me pienso lo que quiero.- Una coca-cola irá bien.- Le sonrío.
- ¿Solo una coca-cola?- Vuelve a preguntarme.
- Sí, cuando llegue a casa tengo que estudiar, así que será mejor que llegue serena del todo para poder centrarme.- Le explico.
- Claro. Pues voy a pedirlo y ahora mismo vuelvo.- Nos informa mientras se levanta y se gira para ir a la barra.
- "Es que tengo que estar serena para poder estudiar"- Dice Pablo imitando mi tono de voz al hablar.
- ¿Qué?- Digo yo.
- ¡¿Es que no hay forma para que te diviertas?!- Se exaspera él.
- Me estoy divirtiendo. Que no toma una cerveza como tú no significa que esté aburriéndome.- Le contesto un poco mosca.
- No, tú no te aburrirás, me aburrirás a mi si no animas esa cara.- Me acusa.
- ¡Estoy animada Pablo! ¿Qué te ha dado?- Estoy fuera de lugar con los comentarios hechos por mi mejor amigo.
- Déjalo, no importa.- Dice apartando la mirada.- Es solo que como sales tan poco me preocupas y cuando sales... No haces nada para divertirte en serio. Los chicos y chicas de tú edad van de fiesta en fiesta cada fin de semana y tú te encierras en casa.- Vuelve a centrar su mirada en mí.
- Y ¿Qué quieres? ¿Que vaya de discoteca en discoteca y suspenda todo?- Le digo sin poder entenderle.
- ¡No! Solo te digo que quiero que te diviertas. Mírame a mí, tengo veinticuatro años y me divierto más que tú. Es como si fueses una cuarentona y solterona.- Vuelve a acusarme.
- Pablo, déjame.- Le pido.- Me conoces desde hace poco más de medio año y sí, te quiero mucho, pero no entiendes nada, ¿Vale?- Le hecho una mirada enfurecida.
- Lo siento Laura, solo quiero ayudarte.
- Solo olvidémoslo.- Le digo ofreciéndole una sonrisa de confianza.

Él me la devuelve y entonces llega Clara con las tres copas.

- Clara, eres una traidora...- Le dice Pablo.- Te has pasado al lado de las coca-colas junto a Laura...- Niega la cabeza como si lo que hubiésemos hecho supusiera un delito.
- Tú cállate, que eres un borracho.- Le devuelve la acusación Clara.

Empezamos con una conversación fresca y divertida, pero este sentimiento de alegría que nace en mí al poco rato de estar en compañía de ellos se desvanece al recibir un mensaje.
Desbloqueo la pantalla del móvil y veo que dentro de mis notificaciones hay un Whatsapp de Sergio. Por mi espina dorsal pasa un escalofrío. No quiero leer el mensaje pero... Debo hacerlo así que doy clic encima de el mensaje y se abre la pantalla con nuestras antiguas conversaciones de hace un año. El último mensaje que tengo de él es el de hace unos minutos que sin poder evitar más la intriga y, al mismo tiempo, el miedo, lo leo:

<< Me gustaría verte. Ahora mismo acabo de llegar a la ciudad. Te he estado echando de menos. >>

Los ojos empiezan a escocerme a causa de las lágrimas que se me empiezan a asomar.

Pensaba que Sergio ya lo tenía superado, después de que me abandonase tal y como lo hizo... Tampoco esperaba nada que volviera a acercarme a él, ni siquiera él mismo. No pienso responderlo, no después de lo que hizo. Mi rencor aún está presente y creo que siempre lo estará.

- Laura, ¿Estás bien?- Pregunta Clara mientras noto su fría mano en mi brazo dedicándome una caricia cariñosa.
- Sí, es solo...- Ellos no saben nada de Sergio. En realidad, no saben nada de mi pasado y tampoco es momento para explicárselo todo.- Lo siento, emm... Tengo que ir al baño.- Me excuso y voy al servicio de mujeres.

Allí me apoyo delante de uno de los espejos que hay y respiro profundamente. Cuando ya he vuelto a recuperar el mismo ritmo tranquilo de respiración, enciendo el grifo y me mojo las maños con un poco de agua y, entonces, me llevo las manos a la nunca, refrescándome y a la vez relajándome un poco.

Cuando creo que ya estoy del todo recuperada de la situación causada por el mensaje de Sergio decido salir del baño y volver con mis amigos.

Al dirigirme a la misma mesa a la que estábamos, me fijo que hay más gente junto a Pablo y Clara. Están un chico y una chica que parecen ser pareja a causa de su cercanía al estar sentados y otros dos chicos más. 

Espera... No. No, no, no, no. No puede ser... Este chico es una pesadilla. Vuelve a ser Simon con su amigo de amarillo.

Estoy a punto de dar media vuelta y enviarles un mensaje a Clara y Pablo diciéndoles que no me encuentro muy bien, para poder marcharme a casa evitando al pesado ese, pero, por mi mala suerte, Clara me ve y me hace un gesto para que me acerque a ellos.

Yo, sin mucha decisión voy hacia allí y me siento en mi sitio.

- Tú acosador hace un buen trabajo persiguiéndote.- Dice Clara en mi oído para que nadie más nos oiga.
- Es muuuuuuy pesado.- Me quejo yo.- Por cierto, ¿Qué hacen estos aquí?- Le pregunto con curiosidad.
- No fue idea mía. A Pablo le saltaron los ojos al ver a tu acosador y les ofreció sentarse con nosotros.- Baja los hombros en señal de disculpa.

Le hago una sonrisa para mostrarle que no la culpo de nada, pero dirijo una mirada asesina hacia mi mejor amigo el cuál no me presta ninguna atención porque está adorando a Simon sin poder prestar atención a nada más de su alrededor.

Apoyo el codo en la mesa al mismo tiempo que apoyo mi cabeza en mi mano. 

Observo al resto de personas de nuestra mesa. Primero me fijo en el chico y la chica que están a un lado, que como ya sospechaba desde un principio, son pareja, ya que veo que se dan un corto beso en los labios antes de que Clara les empieza a hablar. La chica es muy atractiva, tiene un estilo un poco oscuro, no gótico pero va con unas prendas un poco exageradas una pulsera negra, que más bien parecen dos muñequeras juntas. Lleva los labios pintados de un color granate oscuro y los ojos perfilados con una línea negra muy gruesa. Aunque como ya he dicho, a pesar de ser así un poco gótica o como sea, mantiene un aspecto delicado y con mucho atractivo. El chico en cambio es completamente normal, sin nada a destacar, ni muy guapo ni feo, es rubio y tiene los ojos marrones junto a unas facciones faciales muy comunes, sin nada a resaltar. 

Cansada de observarles, me fijo en el chico de amarillo. Antes no me había fijado mucho en él, aparte de sus prendas, pero él es realmente adorable, con un rostro angelical. También es rubio, pero su tono es un poco más oscuro que el otro chico, sus ojos... Son tan azules y brillantes como el cielo azul en pleno verano y sin ninguna nube. Veo que está observando a Pablo y Simon mientras hablan, pero él se mantiene apartado de la conversación escuchándolos y mostrando una pequeña sonrisa que hace parecerlo aún más adorable.

Finalmente observo a Simon que habla con Pablo, que parece estar más feliz que nunca. Sus instintos para ligar se han encendido y parece que con Simon no se rendirá fácilmente. Cuando ya llevo un rato observándoles y intentando descubrir de qué están hablando, Simon gira su vista hacia donde yo estoy y me guiña un ojo. Yo irónicamente le sonrío y luego le enseño el dedo del medio de mi mano izquierda.

Miro el reloj de mi muñeca. Las nueve y media.

- Bueno, chicos creo que yo ya me voy.- Les anuncio. Pero prácticamente ninguno de ellos me ha prestado atención así que me levanto, me pongo la chaqueta y colocándome el bolso en mi hombro les digo:- Adiós.

Cuando he salido por la puerta del bar, oigo su voz, que la reconozco por su acento y por el cumplido que tanto odio.

- Hey, preciosa, ¿Ya te vas?- Me pregunta él mientras saca vaho por la boca a causa del frío.
- Sí me voy, y sería de agradecer si dejas de llamarme "guapa" o "preciosa" o cualquier adjetivo más que se te pase por la cabeza.- Le digo yo.
- Bueno, te llamo así porque no se tú nombre y adjetivos como esos son los que se adaptan mejor a ti, además, ¿Cómo pensaste que te llamaba a ti de esta forma? ¿No podías haber pensado que se lo decía a otra chica?- Pregunta el elevando las cejas.
- Yo... eh...- Me ha dejado sin respuesta.- Me voy.- Acabo diciendo esquivando el tema.
- Espera que te acompaño.- Me dice.
- No, no me acompañas, tu compañía no me hace demasiada gracia por si no lo has visto.- Comento yo mientras estoy caminando.
- Lo sé. Pero llegará el día en que me pidas que no me vaya de tú lado, y eso tú también lo sabes.- Me contesta mientras va caminando a mi lado.
- Egocéntrico.- Le acuso.
- Igual que tú, que te piensas que todos los adjetivos que voy diciendo van dedicados a ti.
- Y ¿No lo iban?- Pregunto extrañada.
- Claro que iban por ti.- Se le escapa una sonrisa.
- Pues eso, de egocéntrica, yo, nada.- Digo.

Seguimos caminando a paso un poco acelerado porque quiero llegar lo más pronto a casa y así separarme de Simon.

Estamos a una calle de distancia de mi casa cuando Simon decide volver a hablar.

- ¿Algún día me dirás tú nombre?- Me pregunta.
- El mismo día que, según tú, te pida que no te vayas de mi lado.- Digo irónica mientras giramos la esquina que nos hace llegar a la entrada de mi casa. 

Antes de que pueda girarme hacia él y decirle que ya puede marcharse porque ya hemos llegado a mi casa me fijo en una persona que está delante de la puerta de entrada.

- Hola, Laura.- Dice esta persona dejándome reconocer quién es por su voz.
- Sergio...- Mis ojos se abren sorprendida al mismo tiempo que noto como en mi gola se ha hecho un nudo  y que por todo mi cuerpo recorre un frío sudor.









Continuará :)
Creo que esta novela está rodeada un poco más de misterio, así que espero que también os guste, me estoy esforzando mucho para que sea muy buena así que espero que el esfuerzo tenga recompensa.
Gracias por todo el apoyo y un besiiin lectores míos ^_^