domingo, 31 de marzo de 2013

Between sugar and love 16

CAPÍTULO 16

Estaba estupefacta. No podía llegar y subirme a mi coche sin prestarle atención a Ángel... ¿O sí?

Caminé de forma acelerada a mi coche. En cuanto apreté el botón para abrirlo vi como la mirada de Ángel pasaba de sus zapatos a mí. Tenía esos ojos esmeraldas clavados en mi presencia. ¿Cómo evitarlo?

- ¿Podemos hablar?- Dijo con un tono de voz bajo y serio.

Yo, en lugar de responderle, fui hacia la puerta del piloto y la abrí para entrar dentro y arrancar el motor lo más pronto posible y salir de allí.

- ¿Me vas a ignorar?- Yo me paré.- ¿En serio?

Tragué saliva. ¿Por qué se me hacia tan duro esto?
- Vamos, sólo quiero hablarlo.- Pausó.- ¿Qué he hecho para que no quieras hablar conmigo ahora?- Preguntó irritado.- Natalia...
- No. -Salté yo.- No vuelvas a llamarme así.-Levanté mi mirada y la fijé duramente a él.

Ángel hizo un gesto exasperado con los brazos.

- Daría lo que fuera por entenderte...- Dijo con falta de paciencia.- Estar con mi hermano te ha afectado demasiado.
- Lo que me afecta más - Volví a saltar yo, enfurecida esta vez.- es tú presencia. ¿Por qué no, tan solo, te vas y vuelves a desaparecer como has hecho estos días?- Estaba mostrando todo lo dolida que estaba.- Así volverás a dejarme preocupada otra vez y tendrás toda mi atención en ti. ¡Oh, no! Espera, no. Esta vez te ignoraría tal y como has estado haciendo tú.-Abrí la puerta para subir y marcharme.

Ya había puesto la llave en el contacto para encender el motor pero de repente Ángel abrió mi puerta y se agachó un poco para estar a la misma altura a la que yo me encontraba.

- Lo siento.- Soltó.

A mi se me escapó una pequeña risa sarcástica y llena de enfado.

- Lo siento.-Repitió enfatizando más las palabras.
- Muy bien. Lo sientes...-Giré la cabeza y lo miré.- ¿Y? ¿Qué esperas que haga ahora?
- Yo...- Él apartó su mirada, no podía retener la mía.- De verdad lo siento, y espero que me creas.- Añadió sinceramente.
- Yo también esperaba muchas cosas de ti. - Seguí hablando llena de rencor.- Y me sorprendiste.- Cogí aire.- Me sorprendiste diciendo unas cosas y actuando y mostrándome otras.
- ¿Qué? ¿De qué estás hablando?- Hizo un gesto de completa confusión.

No aguanté más y lo aparté de la puerta de mi coche para yo poder levantarme haciendo que él también lo hiciera.

- ¿De qué hablo?- Dije, esta vez, furiosa.- ¿Hace falta que te recuerde la noche de fin de año?- Lo miré mostrando toda la furia que sentía.- ¿Lo que me dijiste? O no, mejor te recuerdo otra cosa.- Paré dos segundos para poder respirar hondo.- ¿Qué tal si te recuerdo cómo has estado ignorándome todos estos días? ¿Y cómo tienes la cara de actuar como si no hubieses pasado de mi como la mierda, eh?- Negué con la cabeza.- Deja de actuar como el niño bueno que solo hace que recibir palos, porque eres tú quién jode más a los otros. Deja de hacer como si tú hermano tuviese la culpa de lo que le pasó a Rebeca y...- Aparté mi mirada de él y bajé mi tono de voz.- deja de creer que puedo substituirla, porque yo soy yo, nunca podré llegar a parecerme a ella.

Dicho esto Ángel quiso cogerme por el brazo pero yo lo esquivé y subí otra vez a mi coche.

- Nunca he pensado que la substituyeras.- Volvió a hablar con un tono bajo.- Para mi eres única.- Sin estando mirándolo, el corazón me dio un vuelco.- No, no solo para mi. Eres tú, toda tú eres única.- Estaba diciendo delicadamente.
- Pues no actúas como si lo fuera.- Volví a mirarle duramente, aunque en realidad me sintiera como un flan por dentro.- Ahora, ¿Vas a dejar que me marche?
- No.- Se volvió a agachar.- Sé que no me he comportado de la mejor forma pero...
- Déjalo estar, Ángel.- Le corté.- No quiero oír tus escusas, no lo necesito.
- No son escusas, y yo sí necesito decírtelo.- Insistió una vez más.
-Qué pena que no me vaya a quedar para escucharte.- Cada segundo que pasaba me dolía más esa situación.
- ¡Es que no te entiendo!- Saltó, finalmente.- He estado ignorándote, vale. ¡Vale! ¡Lo sé! Y me arrepiento.- Dejó salir aire que estaba reteniendo en sus pulmones.- ¡Lo que no entiendo es a ti! Deberías ser la que me comprendiera mejor y sin embargo...- Sus palabras se trabaron.
- Sin embargo ¿qué?- Le incité para que siguiera.
- ¿Sabes qué?- Dijo arrepentido.- Olvídalo. - Estaba respirando fuertemente.- Olvídame.

Se levantó y empezó a caminar dejándome allí. Cuando no llevaba ni cinco segundos allí plantada me levanté, también, y le grité:

- ¡¿Que te olvide?! ¡Si eres tú el que me lo dificulta!- Estaba completamente furiosa.- ¡Yo sí que no te entiendo!

Cuando había dicho tan solo la primera palabra vi cómo Ángel había dejado de caminar, pero cuando terminé de hablar se giró y me miró.

- Supongo que cuando me entiendas también comprenderás porque he actuado así.- Habló de la forma más neutra que podía.
- Y ¿Por qué no me lo cuentas, eh? Y así no me vuelves a dejar con la intriga de qué pasa por tú cabeza, como la otra noche.- Insistí yo.

Él volvió a caminar en mi dirección y se paró delante de mí, a un metro de distancia.

- La otra noche te lo conté todo. ¿Qué parte de lo que te dije no te quedó claro?- Esta vez era él quien hablaba con rencor.- ¿Quizá la parte que quería intentar algo contigo? O quizá...
- Me perdí en la parte que me dijiste que era tu segunda oportunidad.- Le solté.- ¿O puede que intentases decir tu segundo plato?
- ¡¿Qué?!- Estaba medio alucinado.
- Si tú historia con Rebeca no te fue como esperabas, lo siento, ¿Vale? Pero te repito que yo no estoy aquí para reemplazarla. Y que no puedo...
- Y yo te repito e insisto que no te quiero como su substituta. Te quiero por ser cómo eres. ¡Te quiero por quien eres!- Enfatizó.

Aún estaba dolida por cómo había estado tratando e ignorando esos últimos días, pero con lo que me dijo me derritió por dentro, simplemente estalló un volcán dentro de mí. ¿Qué sentía por este chico bipolar que había estado pasando de mí? Sé que estaba siendo rencorosa, pero...

- No es lo que demuestras.

Él estrió los brazos en señal que ya no podía más, en señal de confusión.

- No sé qué más quieres de mí.- Más exasperado no podía estar.
- No quiero nada...- Esta vez fui yo la que hizo el gesto con los brazos.- Yo solo espero que...- Cerré los ojos y negué con la cabeza.
- ¿Qué?- Me insistió una vez más.
- Espero algo que me lo demuestre. Que me demuestres que lo que dices es verdad y que no me vuelvas a ignorar o evitar o desaparecer sin decirme nada después de que me insinuaras que querías algo conmigo yo...- Inspiré y expiré profundamente.- Solo espero que no me vuelvas a fallar.

Dicho esto no me contestó, no dijo nada, se quedó delante de mí con las manos en los bolsillos durante unos segundos que se me hicieron eternos hasta que se aproximó a mí y me abrazó. Me abrazó de la forma más firme y a la vez dulce que podía. 

- Lo siento, ¿Vale?- Susurró en mi oreja. - Yo solo necesitaba pensar y... No podía hablar contigo porqué cada vez que lo hago me confundo más. - Me apretujó más en sus brazos.- Yo sólo espero que me perdones.

Cuando terminó de decir esto no fui capaz de decir ni hacer nada más aparte de devolverle el abrazo. Necesitaba sentirlo, después de estos días sin él lo necesitaba.

- Te creo y te perdono, es solo que... - Aún estaba abrazándole.- Soy yo la que ahora necesita tiempo para pensar.- Me separé de él manteniendo una distancia corta entre los dos.- La historia de Rebeca...
- ¡Olvida a Rebeca!- Estalló.
- No soy yo quién debe olvidarla, eres tú quien tiene que hacerlo, porque si ya lo hubieses hecho no estarías tan confundido.- Le contesté.- Pero lo que te estaba diciendo es que su historia, es decir, vuestra historia,-Remarqué la palabra "vuestra".- es lo que me ha confundido a mí y... Cada vez que me dices algo como lo de hace un momento no dejo de pensar y comerme la cabeza por si lo dices porque lo sientes o porque me parezco a ella y... No puedo estar así cada vez que te veo o hablamos.- Paré un momento para dejarle a él y a mí recapacitar sobre todo lo dicho.- Por eso soy yo la que ahora te pide un espacio, como lo has tenido tú estos días, lo necesito yo ahora.

Acabé de separarme completamente de él y se senté en el coche, cuando iba a cerrar la puerta Ángel se acercó y dijo:

- Sé que ahora no vas a hacerme caso pero...- Se volvió a agachar como antes.- Cuando te digo que quiero estar contigo es porque lo siento dentro de mí.-Cogió mi mano izquierda y la llevó hasta su pecho haciéndome sentir los latidos de su corazón.- Pero si no crees lo que yo te digo, cree lo que te transmita mi corazón. Porqué nadie, NADIE, puede ponerme tan nervioso o tener este efecto en mi.- Dijo refiriéndose a lo rápido que latía su corazón.

En ese momento era yo a la que se le había acelerado el corazón como el de él para ir al mismo compás. Pero no pude decir nada, tan solo asentí y él se levantó y cerró la puerta de mi coche dejándome la libertad de irme, y así hice.








¡CONTINUARÁ!
Sé que os dije que subiría antes, pero no he podido, lo siento muchísimo, en serio, pero espero que la espera haya valido la pena. 
Esta vez PROMETO subiros este martes o el miércoles y aviso que... ¡Habrá maratón! ^^
Espero y quiero que estéis disfrutando de estos capítulos muchisimo, ya que la novela se está terminando.
Muchas gracias por leerme :3



miércoles, 27 de marzo de 2013

Between sugar and love 15


CAPÍTULO 15



Intenté acercarme a Ángel pero él simplemente me hizo un gesto con la mano, sin mirarme, indicándome que no me moviera.

- Venga, ¿Por qué, Jose?- Insistió una vez más él.
- Ángel lo hemos hablado muchas veces yo no...- A Jose se le cortaban las palabras.
- Sí, lo hemos hablado demasiadas veces. Demasiadas veces pero nunca ha habido ninguna respuesta.-Estaba hablando dolido.- Dime el porqué Jose.

Ángel hizo un paso adelante para acercarse un poco a su hermano.

-¡¿Por qué?!- Esta vez lo dijo subiendo el tono.

Yo me sentía fuera de lugar, quería salir, pero con ese ambiente no me atrevía ni a mover un dedo.

- Ángel...- Jose estaba también muy incómodo en esa situación, no sabía qué hacer.- Creo que será mejor que...
- Tú no crees nada.-Contestó Ángel con un tono de voz de advertencia.- Tú lo que tienes que hacer es responderme.

Notaba la furia que Ángel estaba conteniendo. No dejaba de apretar la mandíbula y mantener su mirada fija en su hermano.

- Esa noche le pedí a Rebeca que quedáramos, sí.- Empezó a hablar Jose sorprendiéndonos a Ángel y a mi.- Pero no fue por lo que piensas Ángel.- Esta vez levantó la mirada, pero no la dirigió a su hermano, me miró a mí.- Quedé con ella por qué éramos muy amigos, prácticamente mejores amigos, y...-Se cortó unos segundos.- Y por esos tiempos teníamos un amigo en el hospital a causa de apendicitis. Yo lo hablé con él y quedamos en que le daríamos nuestra pequeña sorpresa juntos, pero para que no sospechara tenía que quedar con ella primero a solas, para luego dirigirme junto a ella en el hospital.-Entonces dirigió la mirada hacia Ángel, dejándome a mí volver a respirar de forma normal.- No hay otro motivo.-Terminó.
- No te creo.-Ángel habló rápidamente y con mucha rudeza. 
- Ángel te acaba de contar lo que...
- ¿Y tú te lo crees?- Habló mirándome de forma incrédula.- Lo has hecho bien esta vez, eh, Jose.-Adoptó una actitud irónica.-En tan solo dos días te has ganado su confianza, te felicito.

Cuando acabó de decir esto se giró para marcharse.

- No me he ganado la confianza de nadie Ángel.-Dijo de repente Jose.- Puede que quien la esté perdiendo seas tú, con tú actitud.

Vi  cómo Ángel negaba con la cabeza mientras estaba de espaldas a nosotros. Pero se giró de una revolada.

- ¡No! Quien la ha perdido eres tú. ¿Por qué confiar en un hermano si te traiciona cada vez que puede?- Dijo con rencor.
- Yo no he traicionado a nadie, Ángel. Estas sacando las cosas fuera de lugar.- Siguió hablando tranquilamente.
- Entonces ¡¿Por qué no dices de una maldita vez que estabas loco por Rebeca?!- Saltó Ángel con los nervios que desprendía haciéndose notar en el ambiente.

Esa vez Jose no respondió, agachó la cabeza y no dijo nada.

- ¿Ves?- Siguió hablando dolido Ángel.- Eres un mierda.
- Seguramente lo soy.-Afirmo Jose, sorprendiéndome otra vez- Soy un mierda por enamorarme de la novia de mi hermano, sí. Pero ¿Qué querías que hiciera? ¿Evitarlo?- Se paró un segundo.- Se me hacía imposible.
- Pues entonces que sepas que también se me hace imposible perdonarte.-Dicho esto se giró y se fue tan rápido como había llegado.

Yo me quedé allí parada sin poder hacer nada.

- ¿No irás detrás de él a consolarlo?- Dijo adoptando su actitud de siempre.
- ¿Por qué debería hacerlo?- No fui capaz de decir nada más inteligente que eso en ese momento.
- Deberá necesitar un hombro en el que ahogar todas sus penas, ¿no crees?
- Pues igual que tú.- Le espeté.

Abrió los ojos sorprendidos por mi respuesta.

- Nena, yo no necesito ningún consuelo.- Dijo con una sonrisa forzada.
- Pues perfecto porque no quería oír todas tus penas.-Dije tan natural ignorando el hecho que volviera a llamarme "nena".- ¿Nos ponemos a trabajar?

Otra vez me ofreció  una de sus caras de sorpresa.

- ¿De verdad que no irás detrás de él para ver cómo está?-Preguntó extrañado.
- Él no se preocupó por mí cuando yo le pregunté durante estos días cómo estaba, ¿Por qué debería volver a hacerlo ahora?- Estaba hablando con todo mi orgullo por delante.

Durante estos días había estado ignorando mis mensajes, ignorando lo preocupada que me tenía y ese día ignorando hasta mi presencia. Además de que no quiso venir al trabajo para no verme, así que ¿Yo tenía que ir detrás de él? ¡En sus sueños! Si quería alguna cosa de mí a partir de ese momento tendría que ir a buscarme él.

- Retiro lo dicho antes.- Dijo dejándome con la intriga de a qué se refería.- No te pareces a Rebeca. Tienes un carácter bastante... Peculiar.- Sonrió de forma simpática.
- Gracias.-Dije yo, manteniendo aún la misma actitud de orgullo.

Nos quedamos unos segundos allí parados sin hacer nada.

- Será mejor que vayas a casa Lia.-Acabó diciendo él.
- Pero tenemos que trabajar.-Dije yo de forma evidente.
- Hoy solo teníamos que preparar unos cuantos roscones de Reyes para el día séis, pero da igual, mañana lo haremos.- Estaba hablando tranquilamente sin ninguna presencia de ironía en su voz.
- Pero...- La indecisión se había apoderado de mí.
- No pasa nada.-Siguió hablando tranquilamente.- Recoge tus cosas y vete a casa a descansar. Yo también lo haré, tan solo limpiaré esto un poco.-Dijo mientras señalaba a su espalda la encimera llena de harina.- Y también me iré a casa.

Negué con la cabeza.

- Deja, yo te ayudo.-Hablé más segura esta vez.- ¿No he venido hoy aquí para nada, no?
- Como quieras.-Contestó bajándose de hombros.

Juntos nos pusimos a recoger toda la harina que había esparcida por la encimera y el suelo. Mientras yo estaba recogiendo la harina con una escoba, él limpiaba con un trapo.

- Y esto ¿Lo has hecho tu solo?- Pregunté divertida.
- Bueno...-Dijo rascándose la cabeza.- Estaba buscando  varios ingredientes que necesitaba por los armarios y sin querer le he dado un golpe al bote lleno de harina.- Terminó de decir haciendo cara de niño bueno.
- Y yo creía que no había nadie peor que yo en la cocina...-Murmuré.
- Así que no se te da bien cocinar.- Dijo con un tono de voz... sospechable.
- No demasiado...
- Entonces, supongo que debes de terminar echa siempre un desastre, ¿no?- Insinuó él, otra vez, de forma que me hacía sospechar.
- No entiendo por dónde quieres ir.- Dije arrugando la frente.
- ¿No?- Siguió haciendo la misma cara de niño bueno, aunque esta vez se le estaba escapando una pequeña sonrisa traviesa.

Entonces, sin tiempo de reacción para mí, Jose me echó encima parte de la harina que había estado acumulando encima de la encimera.

- ¡¿Pero qué...?!- Grité yo al mismo tiempo que él se ponía a correr para evitarme.

Yo cogí la pala en la que había estado poniendo la harina que había recogido con la escoba y lo perseguí hasta la tienda, pero cuando salí, no tuve reflejos y me volvió a tirar otro grapado de harina. Yo me quedé allí parada un segundo más y entonces le eché encima toda la harina que había recogido yo, dejándolo a él estupefacto por la sorpresa y blanco de harina.

- ¡Eso no vale!-Se quejó Jose.
- ¡Ah! ¿Que habían reglas?- Contesté yo satisfecha.
- Esto no se quedará aquí, me debes una.- Siguió protestando.
- Lo que tu digas.- Me giré hacia la trastienda recogiendo la poca harina que quedaba por recoger.

Después de recoger la que había estado en el suelo de la trastienda recogimos la que nos habíamos estado tirando como niños pequeños.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Salimos de la tienda aún sonrientes por el pequeño momento de diversión que tuvimos y Jose cerró la puerta.

- Si venir a trabajar es tan divertido como hoy me pasaré más a menudo.-Dijo él
- Eres como un niño pequeño.-Negué con la cabeza divertida.
- Si así soy feliz...-Simplificó él.

Empecé a caminar para irme hacia mi coche.

- Supongo que nos vemos mañana, entonces.-Me despedí yo mientras ya estaba de espaldas a él.
- No lo dudes, nena.- Me contestó él.

Doblé la esquina y seguí caminando para llegar a mi peugeot 206. Pero de tan solo ver el coche a lo lejos me paré en seco. Allí me esperaba Ángel.












CONTINUARÁ :3
Supongo que mañana o pasado volveré a subir otro capítulo (Esto de tener fiesta va genial) Espero que os haya gustado como siempre!! ^_^

Y hoy quería darle las gracias, y agradecerle, de verdad de corazón, todo el trabajo que ha hecho para ayudarme: Sari, eres increíble, ya lo sabes. Eres la mejor. Gracias por la portada de la novela (La tenéis a la parte de arriba del capítulo) y gracias por querer hacer un tráiler. Te debo muchsisimo! Eres mi angelito!! <3

También, gracias a todos lo que me leéis, sé que sois los mejores lectores!! :") 



martes, 26 de marzo de 2013

Between sugar and love 14


CAPÍTULO 14


El siguiente día no hice nada. Cada dos por tres pensaba en qué le diría a Ángel, no me lo quitaba de la cabeza. ¿Qué había hecho en mí? Cada día que pasaba me sentía más confusa y tonta por no poder hacer nada. Por eso, para quitarme esos males de cabeza decidí ponerme al día con los capítulos atrasados de la serie "Vampire Diaries" que hacía mucho tiempo que no la veía. Así que ese día me fue bien para desconectar del mundo entero y relajarme.

En cambio, el día cuatro de enero me levanté a las nueve de la mañana ya que no podía seguir durmiendo más. Mi cabeza volvía a estar dándole vueltas al mismo tema. " Ángel. Ángel. Ángel" ¿Llegaría el día que me sacara su nombre de la cabeza?

Durante la mañana no hice nada más que pulular por casa e ir de un lado a otro sin hacer nada en especial. ¿Por qué estaba tan nerviosa? Iba a ir a trabajar como tantas veces había hecho ya, así que mi nerviosismo me descolocaba.

Cuando llegó la hora de comer no tenía, para nada, hambre.

- Lia, come algo o vas a marearte.-Me advirtió mi madre. Eso me recordó una de las últimas veces que Ángel y yo estuvimos trabajando los dos juntos. Cuando me dio ese croissant a causa del gemido de mi barriga. Este recuerdo hizo que se subiera el color de mis mejillas.
- Vale, mamá.- Le dije.

Durante la comida no hablamos mucho más. Yo estaba perdida en mis mundos llenos de preguntas y mi madre supongo que el hecho de que no la agobiara con preguntas también le iba bien.

Al terminar ya eran las tres, así que recogí todo rápido para marchar temprano y estar a la repostería a las tres y media. Subí rápidamente las escalera, cogí mi bolso y a chaqueta y volví a bajar. 

- ¡Me voy mamá! A las ocho estoy en casa!- Grité un poco para que me escuchara ya que estaba en la cocina limpiando los pocos platos que habíamos ensuciado al comer.

Oí cuando estaba a punto de cerrar la puerta el "Hasta luego" de mi madre. Subí al coche y me encaminé hacia el trabajo.

En veinte minutos estaba allí, lo único, como siempre, que tardé unos minutos más para encontrar aparcamiento.

Caminando a paso rápido me dirigí a la repostería y cuando llegué vi que ya estaba abierto.

- ¡Hola!-Dije de la forma más animosa posible, aunque estoy bastante segura que se notó mi inseguridad en mi voz.

A los segundos vi como la puerta de la trastienda se abría. Estaba deseando hablar con Ángel así que no aguanté más y empecé a hablar.

- Me tenías preocupada... ¿Cómo has estado?-Dije casi trabándome con mis propias palabras de lo rápido que lo dije.

Entonces, cuando la puerta se acabó de abrir, me arrepentí de lo dicho.

- ¿Preocupada? ¿Tanto me has echado de menos?-Dijo con ese tono de voz tan irónico.
- Jose...-Dije un poco confusa.- ¿Por qué tendría que echarte de menos a ti?- Reaccioné rápidamente recuperando así un poco de mi orgullo.
- ¡Oh! Claro, esas palabras iban dirigidas a tu querido Ángel, ¿Verdad?- Respondió con una sonrisa y cruzándose de brazos.-Pero ya ves, me tienes a mi.

Dejé salir un suspiro.

- Ya lo sé, nena, soy mucho mejor que él ¿A que si?- Me guiño el ojo.

Negué con la cabeza y empecé a caminar para ir a la trastienda a ponerme el delantal.

- ¿Dónde está Carol?- Pregunté cambiando de tema.
- Hoy no vendrá.-Respondió tan natural.

Yo lo miré para que siguiera hablando pero por lo que pareció se lo tuve que preguntar directamente.

- ¿Por qué?- dije extrañada.
- Me ha dicho algo que le ha salido una alergia a causa de una nueva colonia que se compró. La verdad no le he parado mucha atención así que puede que no sea así del todo...-Contestó restándole importancia.
- Pero ¿Está bien?-Volví a preguntar un poco preocupada por mi amiga.

Él subió y bajó los hombros.

- Supongo... No estoy seguro.

Rodé los ojos. Este chico vivía completamente en sus mundos.

- Pero ¿Qué importa que no haya venido? Me tienes a mí.-Ya estaba otra vez con el mismo cuento.
- Y Ángel, ¿Por qué no ha venido él?
- Y tú, ¿Por qué no dejas de hacer preguntas?- Dijo él evitando responder a la última pregunta hecha
- Hagamos un trato-Propuse yo.- Yo dejo de hablarte si respondes a esta última pregunta que he hecho.
- Oh...-Exclamó uniendo las cejas- No, nena, no. -Inspiré fuertemente. Ya era la segunda vez que me llamaba de esa forma y me estaba poniendo de los nervios.- Yo no quiero que dejes de hablarme. Lo que yo quiero es que dejes de preguntarme sobre los demás, céntrate en mi.-Continuó mirándome de forma pícara.

Hice la sonrisa más falsa que pude.

- ¿Centrarme en ti?- Repetí.- Ni en tus sueños bonito.-Acabé diciendo con ironía.
- ¡Eh! Me has llamado "bonito"-Dijo divertido.- ¡Por algo se empieza!

Me hizo gracia las formas con lo que lo dijo y eso hizo que se me escapara una pequeña risa.

- No tienes remedio.-Murmuré
- ¿Por qué quiero un remedio si ya estoy como un tren?
- Sabes...-Empecé a hablar.- Me haces dudar, o tienes una autoestima tan alta que hace que no dejes de repetir "lo bueno que estás"- Lo último lo dije haciendo unas comillas con mis dedos.- o es que tienes una autoestima tan baja que necesitas que te lo aseguren.- Acabé diciendo medio divertida.

A él se le quedó la cara pálida y eso me preocupó.

- ¿Jose?-Dije dudosa.- Lo dije en broma, no prentendía...
- No. Tranquila, es solo que...-Me miró fijamente.- Ya entiendo realmente porque Ángel se ha enamorado de ti.

"¿QUÉ? ¿Cómo que Ángel está enamorado de mi?" Pensé sobresatlada.

- No hagas esa cara mujer.-Dijo otra vez divertido y recuperando la misma faceta de siempre.- ¡Como si no lo supieras aún!-Es verdad, lo tendría que haber imaginado con lo que me dijo por fin de año pero... Con el tema de Rebeca lo olvidé.
- ¿Y qué es lo que te hace entenderlo ahora?- Le interrogué.

Jose hizo una pequeña mueca en señal que no estaba seguro de contármelo.

- Es solo que...- Empezó diciendo.- Te pareces mucho a Rebeca.-Dijo de sopetón.

Yo me quedé helada, como si me hubieran echado un cubo de hielo por encima.

- Así que se ha enamorado de mí porque me parezco a su ex-novia.-Dije afectada.
- Lia, no es solo eso...-Tartamudeó un poco mientras se acercaba un poco a mi.- Me he expresado mal yo...-Intentó cogerme la mano.
- ¡No me toques!-Protesté- Yo no soy un títere que puede usar él para reemplazar a nadie, y lo mismo te digo a ti.- Esta vez empezaba a estar verdaderamente enfadada.
- Lo que dije el otro día que eras su segundo plato no era realmente cierto. Lia...-No sabía como expresarse.- Nadie piensa que eres un títere. Está bien como eres. Rebeca es el pasado.
- Por eso mismo,-continué yo.- Rebeca es el pasado y yo no puedo substituirlo. 
- De verdad, me arrepiento de lo que dije el otro día me expresé mal y...
- Dime por una vez la verdad, Jose.-Le miré fijamente a los ojos.- ¿Por qué Ángel no ha venido hoy?- Insistí una vez más.

Él por enésima vez dejó escapar un suspiro.

- Lia...-Él estaba negando con la cabeza.
- Por favor...-Exclamé yo.
- Ángel hoy simplemente no ha querido venir hoy y ya está, Lia, no le des más vueltas.
- Quiero la verdad Jose. ¡La verdad!- Acabé subiendo el tono.
- ¿Por qué? Si ya lo debes saber...- Dijo desesperado. - No ha querido venir por no tener que verte.-En dos segundos acabó diciendo la verdad que llevaba esperando desde hacía rato.

Cerré fuertemente los ojos y inspiré y expiré varias veces.

- Gracias por serme sincero.- Dije aún con los ojos cerrados.- Ahora, puedes responderme a una última pregunta, por favor.

Jose, un poco desesperado asintió.

-Lo que sea, venga.
- ¿Por qué quedaste esa noche con Rebeca?- No me hacía especificar nada más, Jose ya sabía a qué noche me estaba refiriendo.

No me contestó. Se quedó plantado delante mío sin decir nada, como una estatua.

- Si, ¿Por qué, eh?- Sonó esa voz inconfundible. 

Provenía de nuestras espaldas, así que nos giramos los dos.

- Ángel...-Murmuré yo











¡FIN! 
Espero que este capítulo os haya gustado más que el 13... jeje.
Mañana o pasado os subiré el quince. Y aviso que no quedará demasiado para terminar esta novela :")
Os quiero mucho, gracias por todo.
PD: Me gustaría pediros un favor. Estoy planeando hacer algo... Bueno, digamos que estoy trabajando en algo, y me gustaría preguntaros si a alguien se le de bien eso de photoshop o algo así para crear una portada para mi novela. Así que si alguien se atreve a hacerlo o quiere que me lo diga, porque necesito una portada para mi novela y ya he intentado hacerla yo pero... No se me da demasiado bien jujuju...
Bueno, no me enrollo más.
GRACIAS POR LEER ^_^




Between sugar and love 13

CAPÍTULO 13



Doce mensajes enviados. Ninguna respuesta. Me inquietaba... Necesitaba hablar con Ángel, aunque tan solo fuera para saber si estaba bien. Lo intenté por última vez:

<< Ángel, vuelvo a ser yo. Llámame, por favor. O al menos contéstame y dime si estás bien. Me tienes preocupada.>>

Ya era de noche, había estado todo el día en casa sin hacer nada, mirando el teléfono cada tres segundos para ver si recibía una respuesta. Ya estaba en la cama y ya había apagado la luz cuando sentí que mi móvil vibraba. De un salto me quedé sentada dentro la cama y abrí otra vez la luz. Cogí rápidamente el móvil y vi que Ángel me había respondido, el corazón se me aceleró instantáneamente.

<< Estoy bien.>>

No era la respuesta que me habría gustado pero por lo menos sabía que sí estaba bien y que pensó lo suficiente conmigo para responderme.

El primer día del año sin hacer nada especial, malgastándolo enviándole mensajes a Ángel para recibir tan solo esa respuesta. Me reconfortaba saber que se encontraba bien, pero a la vez me desanimaba ver que tan solo me quiso enviar esa respuesta tan corta y seca.

Sin poder hacer nada más me puse a dormir. Mañana sería otro día.

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Las diez de la mañana. Sólo quedaban dos días para volver a trabajar. Quería que esos dos días pasasen lo más rápido posible, para así poder reencontrarme con Ángel y hablar con él en persona. Mientras, no me iba a quedar encerrada en casa, así que llamé a Carol.

- ¡Hey!-Me dijo tan solo al haber respondido la llamada.
- Hola Carol.- Dije yo con una sonrisa, aunque ella no me pudiese ver.- Tengo un problema.
- ¡¿Cuál?!- Contestó un poco sobresaltada, lo que hizo que se me escapase una pequeña risa.
- Tranquila, no es nada grave. Es solo que... Me aburro.-Dije como una niña pequeña.
- ¿Y me llamas por eso, Lia?- Respondió con un tono, un poco de reproche. Quise decirle algo, pero no dejó.- Es broma. También estaba pensando en llamarte. Tenemos que hablar. ¿Qué te parece que vayamos al centro a dar una vuelta?
- Genial, necesito despejarme.-Dejé salir un suspiro de alivio, Carol era mi salvación.- ¿Dentro de una hora allí?
- Vale, ¡Hasta luego!- Dicho esto no me dio tiempo de despedirme de ella, me colgó. Era raro en ella, siempre esperaba a que me despidiera también, pero bueno, con estos tiempos y envuelta de tanta familia, lo entendía.

Salí de mi habitación y fui a la cocina a ver a mi madre.

- Buenos días.-Dije, esta vez, un poco más animada que cuando hablé con Carol.
- Hola, Lia.- Me respondió mientras estaba terminando de prepararse el café.- Ayer no saliste de la habitación prácticamente. ¿Estabas cansada por la fiesta?

Me rumié lo que debía decirle.

- Mmm... Algo así.-Dije dejándola con una respuesta un poco evasiva.- Y a ti, ¿Cómo te fue con David?

Inmediatamente mi madre se giró y me dio la espalda mientras caminaba para ir al comedor.

- Bien.-Elevé las cejas esperando que siguiera hablando y, cuando se sentó al sofá y me vio, lo hizo.- Al final cenamos en casa.- Abrí los ojos un poco sorprendida.- Pero después de las uvas se marchó a su casa. Los dos estábamos cansados.-Continuó rápidamente.
- Mamá, no me tienes que dar explicaciones, es tú vida y ya eres mayor como para no tener que excusarte.- Le dije un poco divertida.- Por cierto, hoy me voy con Carol al centro, supongo que para cenar ya estaré en casa.
- Vale, no te preocupes, pásatelo bien.- Me dedicó una sonrisa y luego me dejó allí de pie mientras se ponía a leer orgullo y prejuicio de la edición que le regalé.

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- ¿Estás segura que he hecho bien escogiendo esta? ¿No me quedaría mejor la otra?- Me estaba preguntando Carol por enésima  vez.

Llevábamos todo el día juntas yendo de un lugar a otro para comprar cosas que necesitaba. También habíamos comido juntas, ahora eran las seis y media y ya era oscuro como si fuese  de noche. Las calles de Barcelona aún estaban todas iluminadas con las luces de Navidad.
Nosotras habíamos acabado de salir de una perfumería en la cuál Carol se había comprado un perfume, pero antes de escogerlo me había hecho oler, como mínimo quince otras. Al final mi olfato ya no distinguía ningún olor, así que tan solo esperé a que se decidiera por si sola.

- Sí Carol...-Dije ya un poco agotada por toda la marcha que habíamos llevado durante el día.-Mientras te guste a ti, ya va bien.-Le sonreí.
-Sí, me gusta pero la otra...
-No.-La corte.-Si te gusta, te gusta. Sin peros. Te has decidido por algo por este perfume en concreto ¿no? Así que no más dudas.

Entonces ella me asintió firmemente estando segura, por fin, de la decisión tomada.

- Tienes razón.-Acabó confirmándome.

Juntas nos fuimos a un bar y allí pedimos chocolate caliente para ella y café con leche para mí. Mientras hablábamos nos trajeron las bebidas.

- Lia...-Después de una conversación trivial, Carol se me estaba poniendo seria.- Lo de la otra noche...-Me miró arrugando un poco la frente en señal de precaución.-No sé si debería habértelo dicho. Prefiero que no hables con nadie más sobre lo que te hablé, ¿Vale?-Me miraba de forma suplicante.
- Entendido.-Dije mientras también le hacía un pequeño asentimiento con la cabeza.- Pero tengo que hacerte una última pregunta sobre ello, por favor...

Ella dejó escapar un fuerte y sonoro suspiro y aceptó.

- Pero esta pregunta y no más.-Añadió para asegurarse.
- Sí, solo esta.-me pensé durante unos segundos cómo formular bien mi pregunta.- ¿Verdaderamente crees que Jose y... Rebeca tenían algo?-reflexioné lo dicho.- Es decir... ¿Piensas que Jose tiene la culpa de su accidente?- Terminé de preguntarle preocupada.
- Lia yo... No sé si...-Dijo dudosa.
- Por favor...-Le supliqué con la mirada.-Me lo has prometido.
- No.-Dejó salir de golpe.- No le echo la culpa a Jose. El accidente no fue su culpa, pero nunca nos contó el porqué de su encuentro y...-Carol volvía a tener la mirada perdida como el otro día.- No lo sé.-Espetó frustrada.- No sé lo que pasó entre ellos dos y... esto me pone nerviosa, me inquieta. Él nunca nos lo quiso decir y eso...
- Os hace pensar mal.-Terminé de decir por ella.
- Exacto.- Me afirmó.- Pero yo aún así mantengo mi confianza en él. Ángel en cambio...-Hizo una pequeña mueca.- Él cuando se enteró que Rebeca tuvo el accidente mientras se dirigía a donde había quedado con Jose le echó toda la culpa a él. Cuando lo vio empezaron a chillarse mientras discutían y Ángel perdió el control y le dio un puñetazo.-Dijo con un hilo de voz.- Pero también entiendo su posición, yo no sé cómo hubiera reaccionado si mi novio hubiera muerto en un accidente mientras se iba a encontrarse con mi propio hermano...
- hmm...-Murmuré sin poder decir nada.
- Y ahora ya está. Tema zanjado.- Me advirtió con la mirada.- No más preguntas.
- No más preguntas.-Repetí.

Cuando nos terminamos el café y el chocolate nos despedimos y cada una se fue a su casa.

Al llegar a mi hogar aún estaba dándole vueltas al tema. ¿Por qué Jose y Rebeca quedaron? Me negaba a creer que Rebeca le había sido infiel a Ángel. No. No podía ser. Además, Jose, en el fondo, muy en el fondo, también tenía su corazoncito, ya me lo demostró el día de la fiesta.

Tantas dudas me carcomían por dentro, estaba toda yo hecha un lío, mi cabeza parecía un caos. 












CONTINUARÁ ;)

Sé que es cortito y lo siento, pero tengo mis motivos jeje, 1. Estos días he estado enfermita..T.T y 2. También he tenido un poco de falta de inspiración... PERO! Espero subiros otro capítulo dentro de nada (Mañana a ver qué tal lo llevo para hacerlo) y prometo (o almenos intentarlo) subiroslos más a menudo...:S

Un abrazo muuuuy grande!! :*





jueves, 21 de marzo de 2013

Between sugar and love 12


CAPÍTULO 12


Noté como mi respiración se aceleraba. No sabía cómo reaccionar. El calor que desprendía su cuerpo y llegaba a mi, a través de mi espalda, me ponía aún más nerviosa.

- Solo tú Natalia.- Definitivamente ese era Ángel, su voz aterciopelada era única e inconfundible.

No tenía nada que decir así que, tan solo, me giré para encontrarme con sus ojos. Esos ojos que me traían loca, que me hipnotizaban. Me encontré envuelta por sus fuertes brazos. Yo tenía mis manos apoyadas en su pecho. Estaba paralizada, ¿Qué era lo que sentía por este chico? Aún no estaba segura. No podía precipitarme, no quería cambios demasiado drásticos a mi vida, quería ir poco a poquito, a pasos de hormiga. No podía dejarme llevar por unos sentimientos que puede que tan solo fuesen pasajeros.

- Vale-Sonó una voz desde el umbral de la puerta de la habitación.-Ya he visto suficiente hermanito.-La conexión que tuvimos Ángel y yo con esa mirada que compartíamos desapareció y los dos giramos las cabezas hacia la puerta, donde se encontraba Jose.- ¡Oh! Lo siento, ¿He arruinado vuestro momento?- Dijo irónicamente.
- Jose, ¿Qué quieres?- Le preguntó duramente Ángel a su hermano sin mirarle directamente.

A Jose se le escapó una pequeña risa de diversión.

- No nada, solo...- Unió las cejas y nos miró como si fuera un momento del que se pudiera disfrutar.- Sentía curiosidad.- Ángel apretó fuertemente las manos en puños y se separó de mí para dirigirse directamente a Jose.
- ¿Curiosidad? ¿Seguro?- Notaba cómo cada vez se tensaba más el ambiente entre ellos dos.
- No.-Respondió de una forma que parecía que fuese inocente.- Quería divertirme un poco a tu costa.- Dijo con una sonrisa en la boca haciéndole parecer aún más un ángel (qué ironía...) que no un demonio, que era lo que era.

Hice un paso para hablar pero Ángel se me adelantó y no pude decir nada.

- ¡¿Por qué no me haces un favor a mi y a toda la humanidad y desapareces, eh?!- Dijo Ángel bruscamente.
- Porque entonces todo se te haría demasiado fácil, hermanito.-Siguió hablando con el mismo tono de ironía.
- Déjame de llamarme hermanito o juro que...- Esta amenaza provenía de Ángel, no lo podía creer, él no acostumbraba a comportarse así.
- ¿Eso es una amenaza, hermanito?- Resaltó la palabra "hermanito", a más no poder, para enrabiar a Ángel.- Porque, ¿qué me harás? ¿Me pegarás como la última vez?

No entendía nada de lo que hablaban, pero cada vez me sentía más incómoda y confundida.

- Lo hice porque te lo merecías.- Ángel volvió a recuperar su tono de cautela.
- ¿Que me lo merecía?- De la garganta de Jose salió otra de sus risas irónicas.- Yo creo que se lo merecía más Rebeca.-Anunció de manera gratificante.
- ¡No vuelvas a nombrarla en lo que te queda de vida!- Vi, desde donde estaba yo parada, que la mirada de Ángel estaba llena de furia.- ¡No lo vuelvas a hacer! ¡MIERDA!- Saltó él otra vez aún más enfurecido.

Ángel se apartó de su hermano y se fue de la habitación, dejándonos a su hermano y a mi allí solos. Yo me sentía fuera de lugar. ¿Que debía haber pasado entre ellos dos? ¿Y esa Rebeca quién era? No entendía el comportamiento de Ángel, pero algún motivo debería tener para reaccionar de esa manera.

- No te preocupes. -Jose se dirigió a hablar conmigo.- Mañana volverá a ser el mismo chico pacífico de siempre.- Me quedé callada, no tenía ganas de hablar, y menos con él.- Si quieres podemos volver a la misma situación que hace unos minutos, con la única diferencia que con quien te besarás será mejor partido que Ángel. Seré yo.-Me guiñó el ojo de una forma repugnante.- Y para mi no serás una segunda oportunidad, lo serás todo, porque aunque no me vayas a creer, para Ángel no eres una segunda oportunidad, lo que ha querido decir es que eres un segundo plato.
- No me hables.-Le dije. No quería sentir nada de lo que decía. Con ver como había provocado a su hermano tenía suficiente.
- Natalia, bonita...-Dijo intentando imitar el tono de voz de Ángel
- No me llames así.-Estaba controlando mi carácter, pero notaba que iba estallar pronto.
- Mira, yo solo te digo la verdad.-Adoptó una actitud más formal y educada.- Para Ángel solo ha habido una chica en su vida. No ha existido, ni existirá, nunca nadie que la pueda remplazar. Por eso te digo esto: -Sus ojos expresaban sinceridad, pero no podía permitirme creerlo.- déjalo, olvídalo y no le hagas daño.

Me quedé estupefacta. Jose, en cuanto al carácter se parecía mucho a Ángel, sus cambios de actitud repentinos me llevaban a la locura, pero sentía que me había sido sincero. Por muy hipócrita y irónico que había sido anteriormente, esa vez hablaba seriamente.

- Haré lo crea convincente. Tú no me mandas.-Dije manteniendo mi orgullo.- Ahora, ¿Me dejas marchar?- le pregunté cuando ya me encontraba al lado de él junto a la puerta que obstaculizaba.
- Lo digo en serio, Lia.- Me cogió por los brazos fuertemente.- Es mi hermano y, aunque no lo parezca, me preocupo por él, porque es mi hermano, el pequeño, y tengo una responsabilidad hacia él.- Me estaba hablando mirándome fijamente en los ojos, dejándome sin respiración.

De un estirón me libré de su agarro y salí de esa habitación.

Nuevo año y sin segundas oportunidades de mejorar, todo eran más problemas. ¿Por qué no podía ser todo más simple? Bajé rápidamente las escaleras y me fui hacia donde todo el mundo bailaba. Intenté buscar a Ángel, pero fue misión imposible, seguramente ya hubo salido de la casa. Por eso decidí buscar a mi mejor apoyo y mi confidente, Carol. La estuve buscando un buen rato, pero cuando estaba a punto de rendirme, a causa de la multitud de gente que se había añadido a la fiesta, me fijé en una melena rubia como el oro inconfundible, mi amiga. Me fui directamente hacia ella. Ya estaba empezando a beber demasiado así que la cogí y me la llevé fuera.
Salí por la puerta de la entrada mientras iba arrastrando a Carol hacia la calle.

- Déjame Lia...- Protestó ella.- ¡Quiero volver a la fiesta!- siguió.

No le contesté seguí caminando mientras la llevaba conmigo. Nos dirigimos a su coche y allí cogí sus llaves y lo abrí. La obligué a sentarse en el asiento del copiloto, colocándome yo en el puesto para conducir.

- ¡Bájame!- Aún se estaba quejando.- Eres una sosa...-Acabó diciéndome.
- Carol...-Empecé a decir yo.

Ella me hizo un ruido con la garganta en señal de que hablara.

- ¿Quién es Rebeca?- Dije sin ningún tapujo.

Mi amiga inmediatamente giró la cabeza hacia mi con los ojos abiertos como platos.

- ¿Quién te ha hablado de ella?- Respondió esta vez sin hacer de niña pequeña, ni rechistando.
- Nadie.-Reflexioné lo dicho.- Bueno, en una conversación he oído hablar de ella...-Acabé diciendo yo un poco cortada.
- Rebeca era...- Apartó la mirada de mí y la dirigió a ningún sitio en concreto, parecía como si estuviera ensimismada.- Era perfecta. Tenía los ojos castaños, el cabello pelirrojo, parecido al tuyo, parecía... Rebeca era como una muñeca de porcelana. Delicada, suave y perfecta. Hace dos años ella y Ángel fueron novios. Eran como dos piezas de un puzle que encajaban, estaban hechos el uno para el otro.

Durante un pequeño rato se quedó callada. Yo no podía hacer nada más que escuchar, no sabía cómo reaccionar ni qué decir.

- Pero...- Siguió hablando con un poco de indecisión.- El día que ella cumplía diecinueve años...- Tragó saliva fuertemente.- Tuvo un accidente. Murió.- Entonces me miró con los ojos llorosos.- Y...- Empezaba a tartamudear por el dolor que sentía.- tuvo el accidente por culpa de...- sollozó.-Todo fue culpa de Jose.
- Carol...-Empecé a decir.- ¿Qué tiene que ver Jose con todo esto?
- Rebeca, después de pasar todo el día con Ángel y la familia había quedado con él. Ese día por la noche empezó a llover y ella iba en moto. Estaba a punto de llegar donde había quedado con Jose, pero cogió mal una curva y... Se estampó. La ambulancia llegó en pocos minutos, pero mientras la estaban operando en el hospital... falleció.-Acabó diciéndome con un suspiro.
- Pero...
- No, Lia. Basta.-Dijo mirándome dolida.- No más por hoy.- Me suplicó.

Asentí, así que arranqué el coche y nos fuimos para casa.

Tan solo habían pasado unas horas desde que había empezado el año nuevo y yo ya estaba con más problemas y confusiones que el pasado. 

Quería hablar urgentemente con Ángel. No, no lo quería, lo necesitaba.












¡FIN DEL 12º CAPÍTULO!
Espero que este capítulo os haya gustado. Hoy no pensaba subir, pero a causa de la insistencia de mi Sari, he acabado subiéndolo. ¡¡¡Así que este capítulo es para ti!!! *-* Que ya sabes que te adoro :3
Y bueno, también para todos los que me leéis, que me apoyáis un montón y os lo agradezco mucho, mucho, muchísimo.
Un abrazo extra-mega-fuerte!! <3





miércoles, 20 de marzo de 2013

Between sugar and love 11

CAPÍTULO 11


El día siguiente no podía dejar de pensar en lo que Ángel me contó. En su confesión en la noria. ¿Habría ya alguien que le haya cambiado su mundo y que lo signifique todo para él? Me sentía confundida, necesitaba saberlo, pero a la vez temía su respuesta. ¿Por qué debería asustarme lo que él me respondiera? ¡Cómo si me importase tanto!

Simplemente, ese día no dejé de pensar en él y en si habría alguien en su vida tan importante como expresó en la noria. Supongo que si lo contó, debía ser porque él lo ha experimentado el tener una persona que sea su mundo entero, ¿no? Si no, no lo habría pensado nunca...

Tanta curiosidad que sentía y tantas preguntas que me hacía me ponían cada vez más nerviosa. Por suerte noté como mi móvil vibraba en señal que tenía un mensaje nuevo, así que lo cogí para despejarme de mis pensamientos.

<< ¡LIA! Geniales, Estupendas y HIPER-MEGA-FAUBLOSAS noticias. Mañana por fin de año, en casa de Ángel, ¡PARTY HAAAARD! A las 22:00h en su casa. XOXO Te quieroooo>>

Era de Carol. Suspiré. No tenía demasiadas ganas de irme y dejar a mi madre sola, pero la emoción que noté tan solo de leer el nombre de Ángel, despertó en mi un pequeño deseo de ir.
Decidí escribirle una respuesta.

<< Me lo tengo que pensar, no quiero dejar a mi madre. Más tarde te llamo. XOXOXO Yo te quiero más, y lo sabes >>

A los segundos recibí su respuesta:

<<NATALIA CANALS JIMÉNEZ. ¿No te has dado cuenta que no te lo preguntaba, sino que lo afirmaba? Tu vienes SI o SI, ¿Te recuerdo que tenemos una conversación pendiente? (Ángel... *ehem* *ehem*¨) Te pasaré a buscar a las 9:30, estate lista, si no, me enfadaré...<3 >>

Me lo pensé. Sabía que Carol no se rendiría así como así, quería que fuese, tanto si quería como si no, y era capaz de llevarme a la fuerza. Así que decidí ir a hablarlo con mi madre. 
Cuando estaba bajando las escaleras lo pensé, ¿Qué quería decir Carol sobre lo de hablar de Ángel? El día de Nochebuena ya me lo dijo, pero realmente, tampoco tenía nada que hablar sobre él, ¿O sí?
Cuando entré al comedor me encontré a mi madre comiendo palomitas viendo una película: "Forrest Gump".

- Hola.-Dije yo no muy animadamente.
- Hey Lia, ¿Querías algo?- Dijo ella sin apartar la vista del televisor.
- Sí, necesitaba preguntarte algo.- Vi como ella asintió, pero me hizo un gesto para que esperase.

Mientras esperaba que mi madre me dejara hablar, me senté junto a ella y me puse a comer de sus palomitas, y juntas terminamos de ver la película. Ella apagó el televisor y se inclinó hacia mí.

- ¿Decías?-Dijo introduciéndome para que hablara.
- Bueno, quería preguntarte algo...-La verdad, muchas ganas tampoco tenía de ir a esa fiesta.- Es sobre mañana por la noche...
- ¡Ah sí!-Mi madre me cortó.- ¡Me había olvidado de contártelo! Seguramente ya debes haber hablado con David.
- ¿Con David?-No la entendía.- ¿Por qué debería haber hablado con David? Además ¿Qué tiene que ver con Noche vieja?
- Oh...-Se quedó callada.-Así que no has hablado con él.-Negué con la cabeza.- Bueno es que cuando fui a la última terapia me ofreció para ir a pasar juntos la noche y acepté.- Dijo con la más inocencia del mundo.
-Pero mamá, él debe tener que pasarlo con su familia, no debemos molestarle...
- No le molestamos.-Volvió a cortarme. Lo que me molestaba, más proviniendo de mi madre.- Vive solo. Se casó una vez pero se separaron y ahora no tiene nadie.-Continuó hablando.- Y aparte, repito, no "molestamos" porque pensé que tú ya tenías planes y quedamos solo él y yo.

Al escuchar esto abrí los ojos como platos. Estaba sorprendida. MUY sorprendida.

- Oh... Va-Vale.- No sabía qué decir.- Bueno... Yo creo que iré a una fiesta con Carol en casa de Ángel.
- ¿Ángel?- Ella arrugó la frente.- ¿Otra vez ese chico?

Esta vez fui yo la que arrugó la frente.

- Sí, ¿Qué pasa? Carol me propuso ir y yo vine a preguntarte...
- ¿Que tienes con ese chico?-Me preguntó mi madre, cortándome por tercera vez.
- ¡¿Se puede saber qué os pasa a todos con que debe pasar algo conmigo y Ángel?!-Estallé.- ¡No tengo NADA con él! ¡Es mi jefe! ¡Por dios...!- Me di cuenta que estaba gritando cuando vi la cara asustada de mi madre.- Mamá... Lo... Lo siento, yo no...- No sabía qué decirle. Había incumplido el punto cuatro y el tres en tan solo diez segundos. ¿Se podía ser más torpe que yo?- Lo siento muchísimo.-Dije arrepentida. Mi madre tan solo asintió aún con los ojos como platos.- ¿Mejor te dejo sola?-Le pregunté.
-Por favor...-Dijo mamá asintiéndome, otra vez.

Me levanté del sofá y subí a mi habitación. Cogí el móvil y lo primero que hice fue llamar a Carol.

- ¡Liaa!-Dijo ella al responderme la llamada al segundo "pii".
- Hola Carol.-Dije.
- Oh, oh...-Dijo en un tono cómico.- Ese no es un "hola" muy animado que digamos ¿pasa algo?

Reflexioné antes de hablar, aún estaba un poco mosca por culpa de eso que preguntaba tanto ella como mi madre de Ángel.

- Sí, necesito que respondas a mi pregunta.-Dije decidida al cabo de unos segundos.- ¿Qué es lo que pasa entre Ángel y yo?-Le pregunté sorprendiendo a ella y a mi misma al hacerlo.
- ¿Qué?-Respondió confundida.- ¿No debería hacerte yo esta pregunta? Porque por lo que yo sé ayer salisteis juntos, ¿Me equivoco?
- Carol, respóndeme, por favor.- Le supliqué esta vez.
- ¿Y por qué debería yo saberlo?- Suspiré, tenía razón.
- Vale, lo siento. Es solo que...-Volví a dejar otro suspiro.- Estoy un poco estresada, eso es todo.
- Genial, porque lo mejor para desestresarte es venir mañana a la fiesta conmigo. Los padres de Ángel irán a la casa de los míos y le han dejado a él y sus hermanos permiso para hacer una fiesta. Estupendo, ¿Verdad?- Notaba por su tono de voz que estaba emocionada.
- Supongo, ¿Ángel tiene hermanos?- Pregunté.
- ¿¡Ves!?-Dijo ella medio chillando por el teléfono.- ¡Es eso a lo que me refiero cuando te pregunto sobre que pasa entre vosotros! Te estoy contando que mañana iremos a una súper fiesta y tu solo te quedas con la parte que he hablado de Ángel. Lia, ¿Puedo preguntarte algo?
-¿Mmhh?-Respondí yo en señal de que hablara.
- ¿Estás enamorada de él?- Me preguntó en un tono muy suave y flojito.
-¡¿QUÉ?!- Me sorprendió demasiado lo que dijo, tanto que estallé a reír.-¡No! ¡NO! ¿Cómo puedes a llegar a pensar eso?- dije yo. Aunque después de lo que ella me preguntó, no estaba tan segura de mi respuesta.
- Yo...- Carol también estaba un poco confundida.- Bueno, da igual, supongo que sois demasiado diferentes. Tampoco encajaríais.
- Y ¿Por qué no?- Me molestó lo que dijo.- Tampoco pasa nada por ser diferentes.
- ¿Entonces te gusta?- Volvió a preguntarme.
- Digamos que...-Me lo pensé bien.- Me agrada su forma de ser. -Volví a pensarlo.- ¡No! No, no, no... En realidad no me agrada, me pone de los nervios sus cambios de actitud, es solo que solo a veces sí me agrada como es.- Dije entonces satisfecha de mi respuesta.

Noté como Carol hacía un ruido con la boca en señal que no estaba convencida.

- Como sea, me da igual la vida de Ángel, lo que sí me interesa es la fiesta. ¿Te va bien que te recoja a las nueve y media?
- Si.-Respondí secamente ya que tenía la cabeza a otro lado.
- Perfecto.- Dijo ella alegre.- ¡Ah! Y Lia, sí, Ángel tiene dos hermanos mayores que él. Uno tiene dos años más que él, tiene veintidós, se llama Lucas y el otro, Jose, tiene veintitrés, aunque realmente el que parece más maduro de ellos es Ángel...
- ¿Por qué?- le hice otra pregunta.- ¿Por qué él tiene que parecer el más maduro? Si en realidad parece un niño pequeño con tantos cambios de actitud...
- Ángel...-Se quedó dos segundos respirando fuertemente.- Digamos que no ha tenido una adolescencia muy bonita.
- ¿Y qué diferencia tiene la de él con la de sus hermanos?- Cada vez me sentía más intrigada.
- Lia, será mejor que hables con él, no me gusta ir contando las intimidades de otros.- Mi amiga cambió el tono de voz, esta vez estaba hablando seriamente, y cuando tenía ese tono significaba que realmente se trataba de algo serio.
- Vale.-Me conformé.- Nos vemos mañana, pequeña.-Me despedí de ella cariñosamente.
- ¡Claro, hasta mañana!- Después de esto sentí como la llamada había terminado.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Eran las ocho y media y aún tenía que ducharme. Si no estaba lista en una hora Carol me mataba. Entré a la ducha y en quince minutos ya estaba secándome el cuerpo. Salí del baño envuelta de la toalla y fui a escoger la ropa del armario. Me costó un poco escoger qué ponerme, pero finalmente me decidí por unos leggings negros que parecían de cuero, unos zapatos también negros y con un poco de tacón y una camiseta muy sencilla, sin ningún estampado, con tirantes muy finos, de color granate. Me peiné el cabello y me lo recogí en un moño con unos cuantos mechones sueltos y, luego, me maquillé un poco. Me hice la ralla en los ojos arriba y abajo, me puse rímel, un poco de gloss y tan solo me pellizqué las mejillas para darles color. Preparé el bolso, de tamaño suficiente para poner las llaves y el móvil. Y cuando terminé tan solo quedaban cinco minutos para que mi amiga llegase, así que cogí mi chaqueta, me la puse y bajé.

- Mamá, salgo fuera, supongo que Carol no tardará nada en llegar.- Dije desde la entrada.
- Vale, ten cuidado.-Me contestó sacando un poco la cabeza y observándome desde arriba las escaleras.
- Tú también y pásatelo bien.-Le sonreí.

Abrí la puerta de casa y salí fuera. Cuando me giré ya vi el coche de Carol, un Citroen C3, aparcado fuera. Me dirigí hacia él y me subí.

- ¡Hola!-Dije con una sonrisa.
- ¡Hola Lia!- Me respondió el saludo con un guiño.- Vamos hacia la fiestaaaa.-Dijo alargando la última "a".
- No tienes remedio.- Le dije divertida.

En veinte minutos llegamos a la casa de Ángel. Nunca había estado allí, por eso estaba un poco nerviosa.

- Venga vamos para dentro que hace frío, y seguro que ya habrá ido llegando gente.- Dijo Carol moviéndose rápidamente hacia la puerta de entrada.

Llamó un par de veces al timbre y al cabo de unos minutos se abrió la puerta. De dentro provenía gran olor a tabaco y alcohol y, encima, resonaba la música.

- ¡Heeey! ¡Primita! No sabía que vendrías con tan buena compañía.-Lo último que dijo me provocó náuseas. Nada más llegar ya encontré una persona con la que no quería volver a toparme: el chico que había abierto la puerta con un vaso en la mano.
- Lucas eres tonto...- Respondió Carol con gran indiferencia.- Lia, este es Lucas, uno de los hermanos de Ángel.-Se giró y me habló a mi.- Ahora un pequeño consejo-Dijo más bajo.- Cuando bebe tanto, no te le acerques, se comporta como un imbécil.

Cuando dejamos de hablar nos fijamos que Lucas ya había vuelto en medio de la fiesta, así que decidimos entrar. La casa ya estaba abarrotada de adolescentes bailando, chillando, riendo y con gran cantidad de alcohol en sus cuerpos.

Carol y yo estuvimos, prácticamente, todo el rato bailando juntas. Me extrañaba no haber visto aún a Ángel. Quiero decir, ¿Era su casa, no? Entonces ¿Qué motivos tendría para no estar allí?

Al llevar más de una hora bailando se me quedó la boca seca así que le dije a mi amiga que iría a buscar algo para beber, por eso me indicó dónde estaba la cocina para poder conseguir la bebida. Allí, me acerqué a la nevera, había gran cantidad de bebidas, pero lo único que quería yo, tan solo, era una coca-cola. Cuando cogí  la coca-cola y me giré para volver a bailar me choqué con alguien y casi le echo toda la bebida encima.

- !Oh! Lo siento.-Me disculpé yo, mientras me iba de la cocina.
- No hay problema.- Respondió una voz grave y profunda, entonces dirigí mi mirada hacia ese chico.- ¿Tú no eres la chica con la que ha llegado Carol?- Me preguntó.
- ¿Te conozco?-Le respondí con otra pregunta, estaba indecisa.
- Sí, bueno, no, no. Tú no, pero yo sí te conozco.- Levanté una ceja en señal de curiosidad.- ¿Eres Natalia, no?
- Lia, prefiero que me llamen Lia.-Respondí inmediatamente.
- Sí.-Dijo con una sonrisa, con unos hoyuelos marcados.-Eres tú. Yo soy Jose, el hermano de Ángel. Y también primo de Carol, la verdad es que he oído hablar bastante de ti.
- Pues lo siento, yo no de ti.-Le dije. Cuando me hubo dicho que era el hermano de Ángel entendí las semejanzas con su forma de sonreír, marcándole los hoyuelos, y sus ojos, aún más esmeralda que los de ese Señor Ego.- Si no te importa vuelvo con mi amiga.-Dije mientras pasaba por su lado, pero él me lo impidió cogiéndome la mano.
- ¿Sabes? Lo que me han contado de ti no te hace justicia, eres mucho mejor en persona.- Instantáneamente me sonrojé.- Sí, definitivamente tienes un encanto especial. No me extraña que hasta mi hermano haya quedado rendido a tus pies.- Jose hablaba de una forma muy natural, pero a mi con cada palabra que había dicho hizo que mi corazón se acelerase aún más.
- ¿Qué dices?- Pregunté yo intentando hacerle especificar más.
- Nada, nada.- Me dejó la mano libre.- Creo que a partir de la semana que viene iré más a menudo a la repostería, tan solo para verte.

Cuando terminó de hablar me dirigí rápidamente con Carol. Esa noche pude comprobar que Ángel y sus hermanos, físicamente eran muy parecidos, pero su actitud era completamente opuesta, y tenía que admitir que prefería mil veces más el carácter de Ángel que no el de sus hermanos.

Durante el rato restante, volví a bailar con Carol. Ángel no apareció en ningún momento, lo que me extraño aún más, pero conseguí olvidarme de él al bailar con mi mejor amiga. A las doce menos cinco minutos casi toda la casa aún estaba bailando, pero yo decidí parar e ir a otro sitio para poder tomarme las uvas. Realmente, es una tradición sin mucho sentido, pero era fin de año y necesitaba hacer algo que me mostrase que mi vida no había cambiado tanto en tan poco tiempo. Así que me fui y me tomé las uvas en una habitación de arriba.
Allí me quedé un rato más observando por la ventana y viendo toda la gente que iba de fiesta.
Sin haberme dado cuenta alguien entró en la habitación pero no noté su presencia hasta que tuve a esa persona junto a mi espala cogiéndome por la cintura.

Noté un aliento suave, delicado y cálido en mi oreja derecha.

- Natalia...- Cerré los ojos. El corazón notaba que en cualquier momento saldría disparado de mi pecho.-Feliz año nuevo.- Pausó.- ¿Sabes? Dicen que cada año nuevo sirve para tener segundas oportunidades y, definitivamente, este año tengo una nueva oportunidad de cambiar mi vida y centrarme en un único objetivo-Paró durante unos segundos interminables.- tú. Este año, mi objetivo serás tú.










¡FIN DEL 11º CAPÍTULO!
Espero que os haya gustado. Sé que he tardado más de la cuenta, pero es que la semana pasada ya os dije que no pude, el viernes y el sábado estuve ocupada por el BT (que si queréis leer mi experiencia en el concierto podéis leerla aquí: MI EXPERIENCIA EN EL BT), luego el domingo estuve agotada y tampoco pude  y bueno esta semana digamos que no me encuentro muy bien así que espero que me perdonáis y que este capítulo haya valido la espera.
¡Un abrazo estra-grande! ¡Se os quiere!




Mi experiencia en el Believe Tour



¡¡Holaaa!! Bueno, esta vez vengo a contaros como me fue mi experiencia en el concierto de Justin. A ver qué os parece. ;)

MI EXPERIENCIA (BT BCN)


Mi experiencia en el Believe Tour empezó el viernes a las tres de la tarde cuando salí de mi instituto. Fui a buscar a mi amiga, con la que iba a ir al concierto y nos fuimos directamente al Palau Sant Jordi. El trayecto nos pareció interminable, tan solo duró media hora, pero con la emoción que llevábamos nos pareció que nunca llegaríamos. 
Allí llegamos a las cuatro, aproximadamente, y nos fuimos para la entrada donde ya muchos estaban acampando. Quedé alucinada, habían más de quinientas personas, pero por suerte una amiga nuestra ya fue a hacer cola por la mañana y no fuimos con ella. Cuando llevábamos una hora allí, nos empezamos a aburrir un poco, así que decidimos ir al "Hotel Arts" el hotel donde se hospedaba nuestro Justin. Cogimos el metro, nos hicimos un poco de lío, pero conseguimos llegar. Al salir de la estación de metro empezamos a escuchar gritos así que empezamos a correr rápidamente a la entrada. A los dos minutos ya estábamos, pero ya solo habían chicas llorando, por eso nos acercamos a un grupo de ellos. Nos contaron que hacía tan solo cinco minutos Pattie, Alfredo y Kenny habían salido y los pudieron ver. Nos deprimimos un poco porque nosotras también esperábamos verlos, pero aún así nos hicimos amigas de esas chicas. Una de ellas nos contó que sus padres no le dejaban ir al concierto de Biebs, porque le hicieron escoger entre 1D y Justin pero una de mis amigas tenía una entrada que le sobraba porque una amiga suya no quiso ir así que se la ofreció. Ella estuvo hablando con sus padres y al final la dejaron, fue un momento de gran emoción. Al poco tiempo ellas se tuvieron que ir, pero quedamos en que el sábado nos volveríamos a ver, así que nos despedimos. Mis dos amigas y yo nos empezamos a aburrir, por eso fuimos a la otra entrada del hotel, donde aún había mucha más gente. En ese lado conocimos a otras dos chicas con las que estuvimos hasta las nueve y media de la noche esperando a ver si conseguíamos ver a Justin, pero no fue posible. Esa tarde fue estupenda, un poco cansada de tanto correr de un lado a otro pero fue genial. También durante esa tarde hablamos con una francesa, la cual nos contó que la semana pasada Psy de Gangam Style fue a la discoteca Sutton y que ella esa noche iría allí a ver si Justin iba también. Luego conocimos a un alemán muy majo y simpático, era tan mono... Lo único que le fallaba era no ser belieber.
A las nueve y media nos despedimos de nuestras nuevas amigas y nos dirigimos al metro para volver al Palau. La noche allí era helada hacía un frío... *brrr*

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

El sábado por la mañana nos abrieron las puertas a las nueve aproximadamente y pudimos empezar a hacer cola dentro. Mientras estábamos esperando para entrar nos hicimos también amigas de las chicas que teníamos detrás de nosotras en la cola. Eran muy divertidas, nos lo pasamos bien, una de ellas durante un rato me hizo petar de la risa mientras estaba imitando a Ylenia de Gandía Shore, era genial. 
A eso de las once o doce nos encontramos con las chicas del día anterior y las dejamos ponerse con nosotras en la cola. Estas nos contaron que se encontraron con la francesa del día anterior y que les había contado que sí fue a Sutton y que vió a Dan y este le regaló un M&G. Me quedé alucinada. En ese momento sentí mucha envidia por ella, pero a la vez reflexioné, si me hubiera pasado a mi, sería un sueño, el mejor día de mi vida, por eso, luego, me alegré por ella.
La emoción aumentaba por minutos, la gente empezaba a revolotearse.
Para hacer tiempo nos empezamos a pintar los brazos, comimos y a la tarde a eso de las tres y media empezaron a hacernos levantar del suelo para prepararnos para entrar. Desde ese momento hasta entrar dentro no paramos de cantar, chillar, emocionarnos, saltar, teníamos las energías cargadas para el concierto que nos esperaba.
En teoría tenían que abrir las puertas a las cinco y media, pero tuvieron "problemas técnicos" y hasta las seis y algo no entramos.
Al dar mi entrada para poder entrar no podía controlar mis nervios, los de seguridad no nos dejaban correr pero aún así íbamos lo más rápido posible para conseguir estar a la valla (teníamos pista general). Al llegar a la pista ya empezamos a ir un poco más rápido y al final nos colocamos al lado derecho justo en la valla. ¡Lo conseguimos! No estaríamos a un metro de Justin, pero la distancia entre la pasarela y nosotras como mucho era de diez metros, así que ¿Qué más podíamos pedir? Era un sueño.
No llevábamos ni cinco minutos dentro cuando anunciaron que Cody Simpson saldría en nada. Cuando empezó a actuar el Palau aún no se había llenado, pero no me importaba, mi sueño estaba empezando. Su actuación fue genial, Cody es... *-* IMPRESIONANTE. Además morí cuando nos pidió ponerse más cómodo y entonces se sacó la camiseta, en serio, fue... Brutal.
Luego salió Carly, ella fue... Simplemente fue increíble, un sueño, más dulce imposible, era adorable. Y entonces en una de sus canciones dijo que qué tal nos parecía si llamaba a su amigo Cody para cantar juntos. Eso para mi fue un subidón, cantaron "Good Time" y más tarde, en la última canción de ella cantó "Call me maybe" eso fue ya... Lo último que necesitaba para acabar de darme cuenta que se estaba cumpliendo mi sueño.
Cuando terminó de actuar, las luces del Palau se volvieron a encender. Nos extrañaba que no pusieran la cuenta atrás, pero a los pocos minutos las luces de repente se apagaron y salió la cuenta atrás. Diez minutos. Diez minutos para ver mi ídolo en persona. Estaba a tan solo diez minutos a que viera Justin actuar en persona. Tantos vídeos vistos suyos por el youtube de sus conciertos y yo ahora lo iba a vivir.
Mi corazón sentía que me iba a estallar. Miré la cuenta atrás: 00:00:00. El concierto empezaba. Ver Justin saliendo con las alas fue... Sin palabras, no puedo expresarlo, Justin es un ÁNGEL caído del cielo, es pura perfección. Cuando le sacaron las alas, se paró un segundo y dijo "Let's go!". Ese let's go me despertó de mi ensimismamiento y reaccioné, empecé a saltar, gritar y cantar junto a mi ídolo "All around the world".
Era todo perfecto, no paraba de chillar de la emoción, Justin es más que adorable es amor, es mi sueño, es... como ya lo he dicho antes... PURA PERFECCIÓN.
Con cada canción que cantaba me sentía más en el ambiente. Su voz, sus gestos, su sonrisa, sus poses, sus bailes... él... Aún cuando lo recuerdo parece mentira que hasta compartimos aire.
Cantó de todo, "All around the world", "Take you", "Catching feelings", "One Time", "Eenie Meenie", "Somebody to love", "Die in your arms", "Be alright", "Fall", "She don't like the lights", "Beauty and a Beat", "Believe", "Boyfriend", "Baby"... (Seguramente me ovlido de alguna, pero ahora mismo no las puedo poner todas, no me acuerdo...jeje)
Simplemente, lo único que pude hacer fue vivir el momento, no pensar en nada más.
Lo que tengo que decir es que creo, estoy prácticamente casi segura que Justin me vio, me miró. Yo soy bastante alta (1,88m) y iba con las otras chicas, dos de las cuales también eran bastante altas y estábamos las tres juntas, por eso, cuando Justin se subió a una plataforma, que se movía, para cantar "Be alright", y lo tuve a dos metros, (¡SÍ TAN SOLO A DOS!) pienso que me vió, justamente miró abajo donde estábamos las tres y... Pondría la mano en el fuego y todo de lo segura que estoy que me vió. También, durante esta canción fue muy emocionante porque le enseñamos unos papeles dónde habían dibujadas unas caras sonrientes para hacer que Justin, sonriera. Fue muy... Especial, tan solo él y su guitarra, como en sus inicios.
Hacia el final, dijo que tenía dos noticias una buena y una mala, la buena era que se lo estaba pasando genial, pero la mala era que tan solo quedaba una única canción (Mentira, Justin, mentira... Jeje. Eso ya lo hizo em My World Tour, ahroa ya no cuela) y cantó "Believe", tocó el piano, me emocioné y todo casi. Y cuando terminó la canción Dan hizo un solo... que fue una pasada. Y entonces Justin se marchó, pero aquí no había terminado, no. A los segundos Ryan Good diciéndonos que gritáramos y lo llamásemos. Y entonces nuestro ángel volvió a salir. Cantó "Boyfriend", no paré de saltar y cantar (o más bien dicho chillar), sentía que tenía que aprovechar los pocos minutos que me quedaban de estar tan cerca de él. Cuando terminó se sacó la camiseta (y ahí ya fue cuando, definitivamente morí.) y dijo "And now the last thing I have to say is... Who wants to be my baby?" Este momento fue de pura adoración hacia él. Cuando dijo lo de "Who wants to be my baby" puso una carita que... Me derritió por dentro. La mirada que hizo era de inocente, de niño bueno, pero la sonrisa que se le escapó fue del chico pillín que conocemos, su sonrisa era la más pícara que le he podido ver hasta ahora. Juro que la cara que puso era adorable, esa carita no la olvidaré jamás, la tengo grabada en mi mente.
Y bueno, "Baby" fue... Una pasada, no podía creerme que todo ya terminaba, no... Lo necesitaba más rato. Pero el concierto lo viví como si no hubiera un mañana, el concierto fue... Lo mejor que me ha podido pasar hasta ahora.