jueves, 18 de julio de 2013

Me hacen gracia los guiris 9

Antes de empezar, tengo la necesidad de volver a disculparme, he vuelto a tardar mucho más en subiros este capítulo y me sabe mal. ¡¡Lo sientooooo!! ¡¡Lo sinto muchoo, en serio!! Es solo que con el proyecto que os dije que nos hacen hacer durante el bachillerato me saca todo el tiempo del mundo y a la mínima que lo tengo no me apetece nada ponerme a escribir más...TT Me sabe muy mal...
Y aunque sé que ahora, con esto ya he perdido lectoras y eso, también vengo a pediros un favorcito...jeje Me haríais un gran favor si os pasarais por este ----> BLOG <---- Es de @ChantalSaavedrA y escribe genial, de verdad, pasaros y os encantará, estoy segura. A demás que si lo hacéis y le comentáis la novela "Más allá del campamento" (MADC) también conseguiréis hacerme feliz a mí porque así eso le motivará para seguir escribiendo la novela y NECESITO leerla, así que porfiiis ¿Os podréis pasar y comentarla? *-*

Después de todo esto, y como de abandonado he tenido el blog, he decido que la próxima vez que os suba (ya no os digo cuándo lo voy a hacer porque pierdo la cuenta de los días...:( ), prometo subiros maratón, otra vez.
PD: Hace poco he creado otro blog, más personal que este en el cuál subo cosas que me van pasando por la cabeza y espero pronto subir también reseñas de libros que lea. Debido a eso, también he modificado este blog y creo que así está mucho mejor. Si queréis visitar mi otro blog (Norah's Random Thoughts) Lo encontraréis en la pestaña de arriba donde pone "¿Queréis saber más de mi?"

Gracias por seguir leyendo y...¡Aquí tenéis! ^_^



CAPÍTULO 9


- Vale, ahora sí que necesito que me cuentes de qué va todo esto, Laura.- Me dice Clara cuando Simon ya se ha ido y yo aún me siento abrumada por todo lo pasado.

La miro y se me escapa una sonrisa tímida. Sólo puedo pensar en él. No hace ni dos semanas que lo conozco y ya me siento de esta forma hacia Simon. ¿Qué me ha hecho? Aúnque me sigo sintiendo un poco confusa por todo, también me siento feliz; feliz gracias a él y... Siento que es maravilloso.

- La verdad Clara,- Empiezo a hablar- es que ni yo misma sé qué es todo esto, pero, si tengo que seguir diciéndote la verdad, me agrada esto.- ensancho mi sonrisa.
- A ver, a ver, ¿Te encuentras bien?- Hace una pausa mirándome fijamente.- porque ahora entiendo menos de qué va todo... esto- hace un gesto extravagante con las manos al decir "esto"- y tampoco te entiendo a ti.
- Creo que por una vez... Soy feliz.

**********

Es la primera vez que intento no entretenerme antes de salir a trabajar. Es la primera vez que sé que al salir no me voy a sentir sola. Y es la primera vez que siento que nada puede ir mejor.
Salgo de los vestidores y voy directa a la entrada del hotel para marcharme, no sin antes encontrarme a mi querido Pablo.

- ¿Y esas prisas?- Pregunta medio sonriendo él.
- ¡Anda! No preguntes que seguro que Clara ya te habrá dicho algo...- Digo poniéndome las manos en las caderas.
- Algo me ha dicho...
- Y...-Le incito a hablar.
- ¿Tu y... Simon? ¿De verdad?
- Ehh... Bueno... Algo hay.- Me sonrojo.
- Y ¿Se supone que tú eres mi mejor amiga?- Dice en broma.- ¡Lo quería para mí!

A Pablo se le escapa una risa y yo sin poder evitarlo me uno a él.

- ¿Qué es tan gracioso?- De la nada aparece Simon.

A Pablo y a mi se nos corta la risa pero mantenemos una sonrisa firme.

- Y... ¿Me lo vais a decir?- Insiste él.
- Bueno...-Empieza a decir Pablo.- Yo me voy, ya os las arreglaréis vosotros... Parejita.- Termina diciendo eso bajito en mi oído.- Y recuerda quién te hace más gracia, si él o yo. Porque recuerdo la primera vez que le vimos a él y a su amigo que te partiste de risa y no admito que un guiri te haga más gracia que yo.- Dice fingiendo tristeza.
- Y ahora ¿Qué cuchicheáis?- Vuelve a insistir Simon.
- Solo le digo que vigile, ella es mi chica así que cuidado con lo que haces.- Le advierte divertido.
- Sí señor, la dejaré a casa antes de media noche, no se preocupe.- Le sigue la broma Simon.
- Le creo, pero lo que ya no creo tanto es que una vez la dejes a casa tu también te quedes y...
- Vale, creo que ya es suficiente la broma.- Interrumpo a Pablo antes que diga nada más.- ¿Podemos irnos ya?- Miro suplicante a Simon.
- Claro, preciosa.- Me contesta él.
- Sí, y yo también me voy.- Dice Simon incómodo desapareciendo por la entrada del hotel.

Simon y yo caminamos hacia fuera del hotel y una vez hemos salido empezamos a charlar.

- Así que ¿A dónde me llevas?
- Sorpresa...-Dice intentándose hacer el misterioso.
- ¿No me lo dirás?
- Eso creo.

Seguimos caminando y mientras yo le voy chinchando intentando convencerlo para que me lo diga, pero de tanto rato que lo hago, terminamos llegando a un restaurante japonés.

- ¿Un japonés? ¿De verdad?- Pregunto extrañada.
- Y ¿Por qué no? Nunca he probado el sushi y me gustaría hacerlo.-Se encoge de hombros.

Se me escapa una sonrisa. Parece un niño inocente pidiendo un caramelito.

- Vale, venga entremos. A ver si te gusta el sushi.- Le contesto.- Pero ya te digo que vas a tener que comértelo tu solo, porque a mí sí que no me gusta.

Entramos y un camarero nos guía hasta una mesa. Tardamos bastante en escoger lo que queremos pero al final nos decidimos. Decidimos comer fideos con salsa japonesa y calamares para mí y para Simon... Sushi.
Al traernos los platos con fideos también nos traen los palillos para comer.

-¡Dios! ¿Cómo va esto?- Protesto yo.

Se me escurren los fideos por todos lados. Cuando llegan los palillos en mi boca no hay ni rastro de los fideos. Me ofusco y al final decido comer con el tenedor que también nos han traído.
Veo como Simon se ríe de mí y cómo él sabe usar perfectamente los palillos.

- ¿Cómo es que nunca has comido sushi pero si sabes usar tan bien los palillos?- Le pregunto arrugando la frente.
- Un don innato, supongo.- Me responde.

Le miro fija y atentamente, este chico tiene cualidades escondidas. Aunque, mirándolo bien, saber usar los palillos para comer no es que sea una cualidad de gran importancia, pero... Sigo mirándolo y admiro su elegancia, la simpleza con la que lo hace todo, sus distinguidos gestos, sus ojos... Oh, vaya... Me sonrojo, me ha pillado haciéndole todo este repaso de arriba abajo. Él se ríe, otra vez, y yo me sonrojo aún más.

- Venga, come, se te enfriaran los fideos. O, como parece, si quieres comer otra cosa mejor podemos irnos ya a tu casa.- Suelta de repente.

Siento que mis mejillas ya deben estar más escarlata que nunca antes y todo un calor me sube por la espalda. Sin saber qué responder me meto los fideos en la boca y hago como si este último minuto no hubiera existido.

Cuando llegan mis calamares a él le traen el sushi y parece feliz de poderlos probar, al fin.
Le observo para ver su reacción al probarlo. Mastica, su cara sigue siendo indescifrable.

- Y... ¿Te gustan?- Le pregunto.
- Mmmh.... No están mal.- Dice poco convencido.

Yo me río.

- Sí, claro, pues a ver si te lo acabas, ¿no?- Le pico.
- Vale, lo admito, no. No me gustan.- Dice soltando los palillos.- ¿Podemos compartir tus calamares?
- Difícil elección, porque los calamares están muy ricos y compartirlos contigo... Digamos que no es muy buena jugada.- Sigo molestándolo un poco.
- ¿Por favor?- Dice suplicante.

Hago un resoplido en señal de aceptación y pongo el plato en medio de la mesa.

**********

Estamos caminando hacia mi casa. Mantenemos una conversación cómoda para los dos y divertida, hasta que su móvil suena.

Simon lo saca de su bolsillo y mira la pantalla. Le han enviado un mensaje de texto y lo lee. Yo espero a que me diga algo respecto al mensaje pero solo puedo observar su palidez en reacción a lo que ha leído. Me preocupo.

- Simon, ¿Está todo...?- Empiezo a hablar, pero me corta.
- Sí, perfectamente. Tranquila, no te preocupes.- Me dice mostrándome una de sus perfectas sonrisas para calmar mi angustia.

Por alguna razón no me lo termino de creer. Siempre que lo he visto con el teléfono parece recibir malas noticias y eso... No me gusta.

- Venga, te propongo algo. ¿Qué te parece que vayamos a tomar alguna cosa antes de volver a tu casa?- Dice cambiando totalmente de tema.

Me lo pienso. Otro día seguramente le habría dicho que sí sin pensármelo, por el simple hecho de alargar más tiempo para estar con su compañía, pero después de la llamada y su cambio de expresión, ya no me parece tan buena idea.

- Mejor lo dejamos para otro día.-Le contesto cortante.- Mañana tengo que ir al trabajo a las nueve y prefiero ir a dormir temprano.- Me excuso.

Asiente conforme, aunque no lo parece. Ahora está con una expresión seria apretando los labios hasta formar una línea recta con ellos.

El ambiente entre nosotros se ha deshecho. Puedo notar su distanciamiento y eso provoca inseguridad en mí. No entiendo qué ha podido pasar o qué ponía en ese mensaje que acabara provocando esta situación tan fría.

Cuando llegamos al portal de mí casa se me cae el alma a los pies.

- Hola hermanita.- Dice sonriente falsamente Sergio.

No le contesto. No puedo. Tengo demasiada rabia acumulada dentro de mí. Todo el dolor y la soledad que he sufrido por él...

- ¡Oh! Y hola a ti también Simon. ¿Os ha ido bien la cena?- Dice él.

Simon aprieta la mandíbula y asiente con la cabeza en forma de saludo.

- Vaya... Parece que se os ha comido la lengua el gato.- Se burla.

No lo aguanto. Rebusco dentro de mi bolso las llaves de mi casa y paso por el lado de Sergio para abrir la puerta. Él me agarra por el brazo con fuerza para mantenerme un momento a su lado.

- ¿Por qué me haces esto?- Pregunta.
- Y ¿Tú? ¿Por qué haces lo que haces?- Le devuelvo la misma pregunta.
- Porque estoy arrepentido y te necesito.
- Te creería, pero para mí has perdido toda la credibilidad del mundo.- Digo tirando fuerte de mi brazo para soltarme de su agarre.

Camino y pongo la llave dentro de la cerradura.

- Eres mi hermana y te quiero.- Insiste.
-Y así me lo demuestras...-Digo amarga.
- Yo siempre he sido sincero contigo. Nunca te he engañado. Siempre que he venido a ti te he dicho lo que quería. Y ahora te quiero recuperar.
- Pero yo a ti no.- Empujo fuerte el portal para entrar pero, antes, me giro hacia Simon.- Siento todo esto. Nos vemos mañana.

Él me asiente con la cabeza.

- Buenas noches, Laura.- Me dice.

Hecho una última mirada a mi hermano y acabo cerrando la puerta. Escucho voces. Seguramente estarán hablando, pero no me importa, no puede importarme mi hermano.

Con los ojos escociéndome subo las escaleras corriendo. Necesito olvidarme de todo, alejarme de ello, ignorar lo que ha pasado.

Al llegar arriba mi respiración está muy acelerada y debido a las lágrimas que se han ido acumulando en mis ojos soy incapaz de meter la llave en la cerradura. Me derrumbo, dejo que mis lágrimas resbalen por mi cara.

No puedo aguantarlo... Me seco las lágrimas y con las manos temblando, al final, consigo meter la llave y encerrarme en mi casa. Voy directamente hasta mi cama y me tiro en ella hundiendo mi cara en la almohada, tragándose todas mis lágrimas y perdiéndome entre la inmensidad de los sueños evadiendo mi propia realidad a afrontar.



CONTINUARÁ

Gracias por seguirme leyendo después de tanto tiempo, os lo agradezco