CAPÍTULO 3
Estoy bastante enfurecida. Este guiri se cree el centro del mundo o ¿Qué? Bufo resignada intentando calmarme al ver como sale por la puerta del hotel.
- Y ese chico, ¿Quién es?- Dice Clara haciéndome dejar de mirar la puerta, por donde ha salido junto a sus amigos, y dedicarle toda mi atención hacia ella.
- Un imbécil.- Respondo lo primero que me sale, que es pura verdad.
- Sí, tiene pinta...- Dice dándome la razón.- Pero- para de hablar un segundo intrigándome por lo que va a decir- creo que tiene interés en ti.
- Sí, claro, tiene interés en mi.- Empiezo a decir con un tono irónico.- Interés por sacarme de quicio.
Veo de reojo a Clara que se está riendo disimuladamente.
- Pero ¿Qué te ha hecho ese pobre chico?- Pregunta otra vez ella.
- ¿Qué me ha hecho?- Repito su pregunta elevando mis cejas.- Irme de egocéntrico, eso ha hecho. ¿Crees que es normal que hoy por la mañana, saliendo de la universidad me salude diciendo "hola guapa?- hablo un poco enfadada.
- Te ha hecho un buen cumplido.- Simplifica ella.
- ¿Un cumplido?- La miro fijamente.- Pues a mí me sacan de quicio los tíos que por la calle van llamando a las chicas "guapa" o "tía buena" es...-Niego con la cabeza.- horripilante. Me dan ganas de abofetearles a todos.
- ¡Qué carácter chica!- Exclama.- Yo creo que este chico es muy mono. Además, no me digas que no lo encuentras guapo.- Empieza a picarme ella.
- ¡Claro que lo es!- Digo de sopetón sin pensármelo dos veces.- Pero eso no quita que sea un idiota. Y tú misma lo has dicho antes, parece como si fuese un acosador. Es muy pesado.
- Sí, es idiota, acosador y pesado pero también es guapo, guapo y... ¡Oh! G-U-A-P-O - dice remarcando cada letra de ese adjetivo.
Dejo escapar un suspiro sin decir nada más al mismo tiempo que empieza a sonar el teléfono del lado de mi ordenador.
- El trabajo me llama.- Le comunico a Clara.
Como respuesta veo que me dedica una sonrisa amable mientras, sin nada más que hacer, apoya su cabeza en la mano del respectivo brazo que tiene apoyado en la mesa y me observa hablar por el cliente del otro lado de la línea.
**********
Clara, Pablo y yo ya hemos terminado nuestros turnos y nos vamos al bar que está dos calles más arriba del hotel.
- ¡Sí!- Dice feliz Pablo.- Esta noche será genial. Laura viene y tengo una copa gratis.- Sigue diciendo él mientras avanza caminando a un ritmo rápido.
Yo giro la cabeza hacia Clara quien también me mira y nos hacemos una mirada cómplice. Yo sonrío y vuelvo a mirar a Pablo, que desprende felicidad por todos lados.
No pasan ni cinco minutos que ya hemos llegado al bar. Es muy sencillito pero bastante grande y luminoso por dentro. Vamos hacia una mesa al fondo y allí nos sentamos.
- Venga Clara saca del bolsillo tu dinero y págame una cerveza.- Pide Pablo acomodándose en la silla.
- ¿Y el por favor?- Dice ella.
- Por favor Clara,- Empieza a decir mientras rueda los ojos.- ¿Puedes pagarme una cerveza?- Acaba diciendo mientras forma en sus labios una sonrisa exagerada y parpadea rápidamente con la intención de parecer... ¿Adorable? Cuando está consiguiendo todo lo contrario.
- ¿Estás seguro que quieres una cerveza? ¿No quieres algo más... refinado?- Le pregunto yo.
- No.- Se baja de hombros.- ¿Qué quieres que toma, entonces?- Pregunta él curioso.
- No sé...- Le devuelvo la duda.- Algo más delicado, más... ¿Gay?
Pablo se sorprende y abre los ojos de forma exagerada.
- Y ¿Qué se supone que es algo más gay?- Me pregunta, esta vez, divertido.
- No lo sé.- Protesto yo a la vez que hago un movimiento con los brazos como diciendo "basta".- Dejadlo estar solo ha sido un comentario un poco tonto.
- Pues a mí me ha hecho gracia.- Me murmura Clara, quien está a mi lado derecho.- Venga,- Dice esta vez en un tono de voz más alto.- ¿Qué quieres tú, Laura? Así voy a pedirlo en la barra todo a la vez.
- Emm...- Me pienso lo que quiero.- Una coca-cola irá bien.- Le sonrío.
- ¿Solo una coca-cola?- Vuelve a preguntarme.
- Sí, cuando llegue a casa tengo que estudiar, así que será mejor que llegue serena del todo para poder centrarme.- Le explico.
- Claro. Pues voy a pedirlo y ahora mismo vuelvo.- Nos informa mientras se levanta y se gira para ir a la barra.
- "Es que tengo que estar serena para poder estudiar"- Dice Pablo imitando mi tono de voz al hablar.
- ¿Qué?- Digo yo.
- ¡¿Es que no hay forma para que te diviertas?!- Se exaspera él.
- Me estoy divirtiendo. Que no toma una cerveza como tú no significa que esté aburriéndome.- Le contesto un poco mosca.
- No, tú no te aburrirás, me aburrirás a mi si no animas esa cara.- Me acusa.
- ¡Estoy animada Pablo! ¿Qué te ha dado?- Estoy fuera de lugar con los comentarios hechos por mi mejor amigo.
- Déjalo, no importa.- Dice apartando la mirada.- Es solo que como sales tan poco me preocupas y cuando sales... No haces nada para divertirte en serio. Los chicos y chicas de tú edad van de fiesta en fiesta cada fin de semana y tú te encierras en casa.- Vuelve a centrar su mirada en mí.
- Y ¿Qué quieres? ¿Que vaya de discoteca en discoteca y suspenda todo?- Le digo sin poder entenderle.
- ¡No! Solo te digo que quiero que te diviertas. Mírame a mí, tengo veinticuatro años y me divierto más que tú. Es como si fueses una cuarentona y solterona.- Vuelve a acusarme.
- Pablo, déjame.- Le pido.- Me conoces desde hace poco más de medio año y sí, te quiero mucho, pero no entiendes nada, ¿Vale?- Le hecho una mirada enfurecida.
- Lo siento Laura, solo quiero ayudarte.
- Solo olvidémoslo.- Le digo ofreciéndole una sonrisa de confianza.
Él me la devuelve y entonces llega Clara con las tres copas.
- Clara, eres una traidora...- Le dice Pablo.- Te has pasado al lado de las coca-colas junto a Laura...- Niega la cabeza como si lo que hubiésemos hecho supusiera un delito.
- Tú cállate, que eres un borracho.- Le devuelve la acusación Clara.
Empezamos con una conversación fresca y divertida, pero este sentimiento de alegría que nace en mí al poco rato de estar en compañía de ellos se desvanece al recibir un mensaje.
Desbloqueo la pantalla del móvil y veo que dentro de mis notificaciones hay un Whatsapp de Sergio. Por mi espina dorsal pasa un escalofrío. No quiero leer el mensaje pero... Debo hacerlo así que doy clic encima de el mensaje y se abre la pantalla con nuestras antiguas conversaciones de hace un año. El último mensaje que tengo de él es el de hace unos minutos que sin poder evitar más la intriga y, al mismo tiempo, el miedo, lo leo:
<< Me gustaría verte. Ahora mismo acabo de llegar a la ciudad. Te he estado echando de menos. >>
Los ojos empiezan a escocerme a causa de las lágrimas que se me empiezan a asomar.
Pensaba que Sergio ya lo tenía superado, después de que me abandonase tal y como lo hizo... Tampoco esperaba nada que volviera a acercarme a él, ni siquiera él mismo. No pienso responderlo, no después de lo que hizo. Mi rencor aún está presente y creo que siempre lo estará.
- Laura, ¿Estás bien?- Pregunta Clara mientras noto su fría mano en mi brazo dedicándome una caricia cariñosa.
- Sí, es solo...- Ellos no saben nada de Sergio. En realidad, no saben nada de mi pasado y tampoco es momento para explicárselo todo.- Lo siento, emm... Tengo que ir al baño.- Me excuso y voy al servicio de mujeres.
Allí me apoyo delante de uno de los espejos que hay y respiro profundamente. Cuando ya he vuelto a recuperar el mismo ritmo tranquilo de respiración, enciendo el grifo y me mojo las maños con un poco de agua y, entonces, me llevo las manos a la nunca, refrescándome y a la vez relajándome un poco.
Cuando creo que ya estoy del todo recuperada de la situación causada por el mensaje de Sergio decido salir del baño y volver con mis amigos.
Al dirigirme a la misma mesa a la que estábamos, me fijo que hay más gente junto a Pablo y Clara. Están un chico y una chica que parecen ser pareja a causa de su cercanía al estar sentados y otros dos chicos más.
Espera... No. No, no, no, no. No puede ser... Este chico es una pesadilla. Vuelve a ser Simon con su amigo de amarillo.
Estoy a punto de dar media vuelta y enviarles un mensaje a Clara y Pablo diciéndoles que no me encuentro muy bien, para poder marcharme a casa evitando al pesado ese, pero, por mi mala suerte, Clara me ve y me hace un gesto para que me acerque a ellos.
Yo, sin mucha decisión voy hacia allí y me siento en mi sitio.
- Tú acosador hace un buen trabajo persiguiéndote.- Dice Clara en mi oído para que nadie más nos oiga.
- Es muuuuuuy pesado.- Me quejo yo.- Por cierto, ¿Qué hacen estos aquí?- Le pregunto con curiosidad.
- No fue idea mía. A Pablo le saltaron los ojos al ver a tu acosador y les ofreció sentarse con nosotros.- Baja los hombros en señal de disculpa.
Le hago una sonrisa para mostrarle que no la culpo de nada, pero dirijo una mirada asesina hacia mi mejor amigo el cuál no me presta ninguna atención porque está adorando a Simon sin poder prestar atención a nada más de su alrededor.
Apoyo el codo en la mesa al mismo tiempo que apoyo mi cabeza en mi mano.
Observo al resto de personas de nuestra mesa. Primero me fijo en el chico y la chica que están a un lado, que como ya sospechaba desde un principio, son pareja, ya que veo que se dan un corto beso en los labios antes de que Clara les empieza a hablar. La chica es muy atractiva, tiene un estilo un poco oscuro, no gótico pero va con unas prendas un poco exageradas una pulsera negra, que más bien parecen dos muñequeras juntas. Lleva los labios pintados de un color granate oscuro y los ojos perfilados con una línea negra muy gruesa. Aunque como ya he dicho, a pesar de ser así un poco gótica o como sea, mantiene un aspecto delicado y con mucho atractivo. El chico en cambio es completamente normal, sin nada a destacar, ni muy guapo ni feo, es rubio y tiene los ojos marrones junto a unas facciones faciales muy comunes, sin nada a resaltar.
Cansada de observarles, me fijo en el chico de amarillo. Antes no me había fijado mucho en él, aparte de sus prendas, pero él es realmente adorable, con un rostro angelical. También es rubio, pero su tono es un poco más oscuro que el otro chico, sus ojos... Son tan azules y brillantes como el cielo azul en pleno verano y sin ninguna nube. Veo que está observando a Pablo y Simon mientras hablan, pero él se mantiene apartado de la conversación escuchándolos y mostrando una pequeña sonrisa que hace parecerlo aún más adorable.
Finalmente observo a Simon que habla con Pablo, que parece estar más feliz que nunca. Sus instintos para ligar se han encendido y parece que con Simon no se rendirá fácilmente. Cuando ya llevo un rato observándoles y intentando descubrir de qué están hablando, Simon gira su vista hacia donde yo estoy y me guiña un ojo. Yo irónicamente le sonrío y luego le enseño el dedo del medio de mi mano izquierda.
Miro el reloj de mi muñeca. Las nueve y media.
- Bueno, chicos creo que yo ya me voy.- Les anuncio. Pero prácticamente ninguno de ellos me ha prestado atención así que me levanto, me pongo la chaqueta y colocándome el bolso en mi hombro les digo:- Adiós.
Cuando he salido por la puerta del bar, oigo su voz, que la reconozco por su acento y por el cumplido que tanto odio.
- Hey, preciosa, ¿Ya te vas?- Me pregunta él mientras saca vaho por la boca a causa del frío.
- Sí me voy, y sería de agradecer si dejas de llamarme "guapa" o "preciosa" o cualquier adjetivo más que se te pase por la cabeza.- Le digo yo.
- Bueno, te llamo así porque no se tú nombre y adjetivos como esos son los que se adaptan mejor a ti, además, ¿Cómo pensaste que te llamaba a ti de esta forma? ¿No podías haber pensado que se lo decía a otra chica?- Pregunta el elevando las cejas.
- Yo... eh...- Me ha dejado sin respuesta.- Me voy.- Acabo diciendo esquivando el tema.
- Espera que te acompaño.- Me dice.
- No, no me acompañas, tu compañía no me hace demasiada gracia por si no lo has visto.- Comento yo mientras estoy caminando.
- Lo sé. Pero llegará el día en que me pidas que no me vaya de tú lado, y eso tú también lo sabes.- Me contesta mientras va caminando a mi lado.
- Egocéntrico.- Le acuso.
- Igual que tú, que te piensas que todos los adjetivos que voy diciendo van dedicados a ti.
- Y ¿No lo iban?- Pregunto extrañada.
- Claro que iban por ti.- Se le escapa una sonrisa.
- Pues eso, de egocéntrica, yo, nada.- Digo.
Seguimos caminando a paso un poco acelerado porque quiero llegar lo más pronto a casa y así separarme de Simon.
Estamos a una calle de distancia de mi casa cuando Simon decide volver a hablar.
- ¿Algún día me dirás tú nombre?- Me pregunta.
- El mismo día que, según tú, te pida que no te vayas de mi lado.- Digo irónica mientras giramos la esquina que nos hace llegar a la entrada de mi casa.
Antes de que pueda girarme hacia él y decirle que ya puede marcharse porque ya hemos llegado a mi casa me fijo en una persona que está delante de la puerta de entrada.
- Hola, Laura.- Dice esta persona dejándome reconocer quién es por su voz.
- Sergio...- Mis ojos se abren sorprendida al mismo tiempo que noto como en mi gola se ha hecho un nudo y que por todo mi cuerpo recorre un frío sudor.
Continuará :)
Creo que esta novela está rodeada un poco más de misterio, así que espero que también os guste, me estoy esforzando mucho para que sea muy buena así que espero que el esfuerzo tenga recompensa.
Gracias por todo el apoyo y un besiiin lectores míos ^_^
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