CAPÍTULO 11
El día siguiente no podía dejar de pensar en lo que Ángel me contó. En su confesión en la noria. ¿Habría ya alguien que le haya cambiado su mundo y que lo signifique todo para él? Me sentía confundida, necesitaba saberlo, pero a la vez temía su respuesta. ¿Por qué debería asustarme lo que él me respondiera? ¡Cómo si me importase tanto!
Simplemente, ese día no dejé de pensar en él y en si habría alguien en su vida tan importante como expresó en la noria. Supongo que si lo contó, debía ser porque él lo ha experimentado el tener una persona que sea su mundo entero, ¿no? Si no, no lo habría pensado nunca...
Tanta curiosidad que sentía y tantas preguntas que me hacía me ponían cada vez más nerviosa. Por suerte noté como mi móvil vibraba en señal que tenía un mensaje nuevo, así que lo cogí para despejarme de mis pensamientos.
<< ¡LIA! Geniales, Estupendas y HIPER-MEGA-FAUBLOSAS noticias. Mañana por fin de año, en casa de Ángel, ¡PARTY HAAAARD! A las 22:00h en su casa. XOXO Te quieroooo>>
Era de Carol. Suspiré. No tenía demasiadas ganas de irme y dejar a mi madre sola, pero la emoción que noté tan solo de leer el nombre de Ángel, despertó en mi un pequeño deseo de ir.
Decidí escribirle una respuesta.
<< Me lo tengo que pensar, no quiero dejar a mi madre. Más tarde te llamo. XOXOXO Yo te quiero más, y lo sabes >>
A los segundos recibí su respuesta:
<<NATALIA CANALS JIMÉNEZ. ¿No te has dado cuenta que no te lo preguntaba, sino que lo afirmaba? Tu vienes SI o SI, ¿Te recuerdo que tenemos una conversación pendiente? (Ángel... *ehem* *ehem*¨) Te pasaré a buscar a las 9:30, estate lista, si no, me enfadaré...<3 >>
Me lo pensé. Sabía que Carol no se rendiría así como así, quería que fuese, tanto si quería como si no, y era capaz de llevarme a la fuerza. Así que decidí ir a hablarlo con mi madre.
Cuando estaba bajando las escaleras lo pensé, ¿Qué quería decir Carol sobre lo de hablar de Ángel? El día de Nochebuena ya me lo dijo, pero realmente, tampoco tenía nada que hablar sobre él, ¿O sí?
Cuando entré al comedor me encontré a mi madre comiendo palomitas viendo una película: "Forrest Gump".
- Hola.-Dije yo no muy animadamente.
- Hey Lia, ¿Querías algo?- Dijo ella sin apartar la vista del televisor.
- Sí, necesitaba preguntarte algo.- Vi como ella asintió, pero me hizo un gesto para que esperase.
Mientras esperaba que mi madre me dejara hablar, me senté junto a ella y me puse a comer de sus palomitas, y juntas terminamos de ver la película. Ella apagó el televisor y se inclinó hacia mí.
- ¿Decías?-Dijo introduciéndome para que hablara.
- Bueno, quería preguntarte algo...-La verdad, muchas ganas tampoco tenía de ir a esa fiesta.- Es sobre mañana por la noche...
- ¡Ah sí!-Mi madre me cortó.- ¡Me había olvidado de contártelo! Seguramente ya debes haber hablado con David.
- ¿Con David?-No la entendía.- ¿Por qué debería haber hablado con David? Además ¿Qué tiene que ver con Noche vieja?
- Oh...-Se quedó callada.-Así que no has hablado con él.-Negué con la cabeza.- Bueno es que cuando fui a la última terapia me ofreció para ir a pasar juntos la noche y acepté.- Dijo con la más inocencia del mundo.
-Pero mamá, él debe tener que pasarlo con su familia, no debemos molestarle...
- No le molestamos.-Volvió a cortarme. Lo que me molestaba, más proviniendo de mi madre.- Vive solo. Se casó una vez pero se separaron y ahora no tiene nadie.-Continuó hablando.- Y aparte, repito, no "molestamos" porque pensé que tú ya tenías planes y quedamos solo él y yo.
Al escuchar esto abrí los ojos como platos. Estaba sorprendida. MUY sorprendida.
- Oh... Va-Vale.- No sabía qué decir.- Bueno... Yo creo que iré a una fiesta con Carol en casa de Ángel.
- ¿Ángel?- Ella arrugó la frente.- ¿Otra vez ese chico?
Esta vez fui yo la que arrugó la frente.
- Sí, ¿Qué pasa? Carol me propuso ir y yo vine a preguntarte...
- ¿Que tienes con ese chico?-Me preguntó mi madre, cortándome por tercera vez.
- ¡¿Se puede saber qué os pasa a todos con que debe pasar algo conmigo y Ángel?!-Estallé.- ¡No tengo NADA con él! ¡Es mi jefe! ¡Por dios...!- Me di cuenta que estaba gritando cuando vi la cara asustada de mi madre.- Mamá... Lo... Lo siento, yo no...- No sabía qué decirle. Había incumplido el punto cuatro y el tres en tan solo diez segundos. ¿Se podía ser más torpe que yo?- Lo siento muchísimo.-Dije arrepentida. Mi madre tan solo asintió aún con los ojos como platos.- ¿Mejor te dejo sola?-Le pregunté.
-Por favor...-Dijo mamá asintiéndome, otra vez.
Me levanté del sofá y subí a mi habitación. Cogí el móvil y lo primero que hice fue llamar a Carol.
- ¡Liaa!-Dijo ella al responderme la llamada al segundo "pii".
- Hola Carol.-Dije.
- Oh, oh...-Dijo en un tono cómico.- Ese no es un "hola" muy animado que digamos ¿pasa algo?
Reflexioné antes de hablar, aún estaba un poco mosca por culpa de eso que preguntaba tanto ella como mi madre de Ángel.
- Sí, necesito que respondas a mi pregunta.-Dije decidida al cabo de unos segundos.- ¿Qué es lo que pasa entre Ángel y yo?-Le pregunté sorprendiendo a ella y a mi misma al hacerlo.
- ¿Qué?-Respondió confundida.- ¿No debería hacerte yo esta pregunta? Porque por lo que yo sé ayer salisteis juntos, ¿Me equivoco?
- Carol, respóndeme, por favor.- Le supliqué esta vez.
- ¿Y por qué debería yo saberlo?- Suspiré, tenía razón.
- Vale, lo siento. Es solo que...-Volví a dejar otro suspiro.- Estoy un poco estresada, eso es todo.
- Genial, porque lo mejor para desestresarte es venir mañana a la fiesta conmigo. Los padres de Ángel irán a la casa de los míos y le han dejado a él y sus hermanos permiso para hacer una fiesta. Estupendo, ¿Verdad?- Notaba por su tono de voz que estaba emocionada.
- Supongo, ¿Ángel tiene hermanos?- Pregunté.
- ¿¡Ves!?-Dijo ella medio chillando por el teléfono.- ¡Es eso a lo que me refiero cuando te pregunto sobre que pasa entre vosotros! Te estoy contando que mañana iremos a una súper fiesta y tu solo te quedas con la parte que he hablado de Ángel. Lia, ¿Puedo preguntarte algo?
-¿Mmhh?-Respondí yo en señal de que hablara.
- ¿Estás enamorada de él?- Me preguntó en un tono muy suave y flojito.
-¡¿QUÉ?!- Me sorprendió demasiado lo que dijo, tanto que estallé a reír.-¡No! ¡NO! ¿Cómo puedes a llegar a pensar eso?- dije yo. Aunque después de lo que ella me preguntó, no estaba tan segura de mi respuesta.
- Yo...- Carol también estaba un poco confundida.- Bueno, da igual, supongo que sois demasiado diferentes. Tampoco encajaríais.
- Y ¿Por qué no?- Me molestó lo que dijo.- Tampoco pasa nada por ser diferentes.
- ¿Entonces te gusta?- Volvió a preguntarme.
- Digamos que...-Me lo pensé bien.- Me agrada su forma de ser. -Volví a pensarlo.- ¡No! No, no, no... En realidad no me agrada, me pone de los nervios sus cambios de actitud, es solo que solo a veces sí me agrada como es.- Dije entonces satisfecha de mi respuesta.
Noté como Carol hacía un ruido con la boca en señal que no estaba convencida.
- Como sea, me da igual la vida de Ángel, lo que sí me interesa es la fiesta. ¿Te va bien que te recoja a las nueve y media?
- Si.-Respondí secamente ya que tenía la cabeza a otro lado.
- Perfecto.- Dijo ella alegre.- ¡Ah! Y Lia, sí, Ángel tiene dos hermanos mayores que él. Uno tiene dos años más que él, tiene veintidós, se llama Lucas y el otro, Jose, tiene veintitrés, aunque realmente el que parece más maduro de ellos es Ángel...
- ¿Por qué?- le hice otra pregunta.- ¿Por qué él tiene que parecer el más maduro? Si en realidad parece un niño pequeño con tantos cambios de actitud...
- Ángel...-Se quedó dos segundos respirando fuertemente.- Digamos que no ha tenido una adolescencia muy bonita.
- ¿Y qué diferencia tiene la de él con la de sus hermanos?- Cada vez me sentía más intrigada.
- Lia, será mejor que hables con él, no me gusta ir contando las intimidades de otros.- Mi amiga cambió el tono de voz, esta vez estaba hablando seriamente, y cuando tenía ese tono significaba que realmente se trataba de algo serio.
- Vale.-Me conformé.- Nos vemos mañana, pequeña.-Me despedí de ella cariñosamente.
- ¡Claro, hasta mañana!- Después de esto sentí como la llamada había terminado.
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Eran las ocho y media y aún tenía que ducharme. Si no estaba lista en una hora Carol me mataba. Entré a la ducha y en quince minutos ya estaba secándome el cuerpo. Salí del baño envuelta de la toalla y fui a escoger la ropa del armario. Me costó un poco escoger qué ponerme, pero finalmente me decidí por unos leggings negros que parecían de cuero, unos zapatos también negros y con un poco de tacón y una camiseta muy sencilla, sin ningún estampado, con tirantes muy finos, de color granate. Me peiné el cabello y me lo recogí en un moño con unos cuantos mechones sueltos y, luego, me maquillé un poco. Me hice la ralla en los ojos arriba y abajo, me puse rímel, un poco de gloss y tan solo me pellizqué las mejillas para darles color. Preparé el bolso, de tamaño suficiente para poner las llaves y el móvil. Y cuando terminé tan solo quedaban cinco minutos para que mi amiga llegase, así que cogí mi chaqueta, me la puse y bajé.
- Mamá, salgo fuera, supongo que Carol no tardará nada en llegar.- Dije desde la entrada.
- Vale, ten cuidado.-Me contestó sacando un poco la cabeza y observándome desde arriba las escaleras.
- Tú también y pásatelo bien.-Le sonreí.
Abrí la puerta de casa y salí fuera. Cuando me giré ya vi el coche de Carol, un Citroen C3, aparcado fuera. Me dirigí hacia él y me subí.
- ¡Hola!-Dije con una sonrisa.
- ¡Hola Lia!- Me respondió el saludo con un guiño.- Vamos hacia la fiestaaaa.-Dijo alargando la última "a".
- No tienes remedio.- Le dije divertida.
En veinte minutos llegamos a la casa de Ángel. Nunca había estado allí, por eso estaba un poco nerviosa.
- Venga vamos para dentro que hace frío, y seguro que ya habrá ido llegando gente.- Dijo Carol moviéndose rápidamente hacia la puerta de entrada.
Llamó un par de veces al timbre y al cabo de unos minutos se abrió la puerta. De dentro provenía gran olor a tabaco y alcohol y, encima, resonaba la música.
- ¡Heeey! ¡Primita! No sabía que vendrías con tan buena compañía.-Lo último que dijo me provocó náuseas. Nada más llegar ya encontré una persona con la que no quería volver a toparme: el chico que había abierto la puerta con un vaso en la mano.
- Lucas eres tonto...- Respondió Carol con gran indiferencia.- Lia, este es Lucas, uno de los hermanos de Ángel.-Se giró y me habló a mi.- Ahora un pequeño consejo-Dijo más bajo.- Cuando bebe tanto, no te le acerques, se comporta como un imbécil.
Cuando dejamos de hablar nos fijamos que Lucas ya había vuelto en medio de la fiesta, así que decidimos entrar. La casa ya estaba abarrotada de adolescentes bailando, chillando, riendo y con gran cantidad de alcohol en sus cuerpos.
Carol y yo estuvimos, prácticamente, todo el rato bailando juntas. Me extrañaba no haber visto aún a Ángel. Quiero decir, ¿Era su casa, no? Entonces ¿Qué motivos tendría para no estar allí?
Al llevar más de una hora bailando se me quedó la boca seca así que le dije a mi amiga que iría a buscar algo para beber, por eso me indicó dónde estaba la cocina para poder conseguir la bebida. Allí, me acerqué a la nevera, había gran cantidad de bebidas, pero lo único que quería yo, tan solo, era una coca-cola. Cuando cogí la coca-cola y me giré para volver a bailar me choqué con alguien y casi le echo toda la bebida encima.
- !Oh! Lo siento.-Me disculpé yo, mientras me iba de la cocina.
- No hay problema.- Respondió una voz grave y profunda, entonces dirigí mi mirada hacia ese chico.- ¿Tú no eres la chica con la que ha llegado Carol?- Me preguntó.
- ¿Te conozco?-Le respondí con otra pregunta, estaba indecisa.
- Sí, bueno, no, no. Tú no, pero yo sí te conozco.- Levanté una ceja en señal de curiosidad.- ¿Eres Natalia, no?
- Lia, prefiero que me llamen Lia.-Respondí inmediatamente.
- Sí.-Dijo con una sonrisa, con unos hoyuelos marcados.-Eres tú. Yo soy Jose, el hermano de Ángel. Y también primo de Carol, la verdad es que he oído hablar bastante de ti.
- Pues lo siento, yo no de ti.-Le dije. Cuando me hubo dicho que era el hermano de Ángel entendí las semejanzas con su forma de sonreír, marcándole los hoyuelos, y sus ojos, aún más esmeralda que los de ese Señor Ego.- Si no te importa vuelvo con mi amiga.-Dije mientras pasaba por su lado, pero él me lo impidió cogiéndome la mano.
- ¿Sabes? Lo que me han contado de ti no te hace justicia, eres mucho mejor en persona.- Instantáneamente me sonrojé.- Sí, definitivamente tienes un encanto especial. No me extraña que hasta mi hermano haya quedado rendido a tus pies.- Jose hablaba de una forma muy natural, pero a mi con cada palabra que había dicho hizo que mi corazón se acelerase aún más.
- ¿Qué dices?- Pregunté yo intentando hacerle especificar más.
- Nada, nada.- Me dejó la mano libre.- Creo que a partir de la semana que viene iré más a menudo a la repostería, tan solo para verte.
Cuando terminó de hablar me dirigí rápidamente con Carol. Esa noche pude comprobar que Ángel y sus hermanos, físicamente eran muy parecidos, pero su actitud era completamente opuesta, y tenía que admitir que prefería mil veces más el carácter de Ángel que no el de sus hermanos.
Durante el rato restante, volví a bailar con Carol. Ángel no apareció en ningún momento, lo que me extraño aún más, pero conseguí olvidarme de él al bailar con mi mejor amiga. A las doce menos cinco minutos casi toda la casa aún estaba bailando, pero yo decidí parar e ir a otro sitio para poder tomarme las uvas. Realmente, es una tradición sin mucho sentido, pero era fin de año y necesitaba hacer algo que me mostrase que mi vida no había cambiado tanto en tan poco tiempo. Así que me fui y me tomé las uvas en una habitación de arriba.
Allí me quedé un rato más observando por la ventana y viendo toda la gente que iba de fiesta.
Sin haberme dado cuenta alguien entró en la habitación pero no noté su presencia hasta que tuve a esa persona junto a mi espala cogiéndome por la cintura.
Noté un aliento suave, delicado y cálido en mi oreja derecha.
- Natalia...- Cerré los ojos. El corazón notaba que en cualquier momento saldría disparado de mi pecho.-Feliz año nuevo.- Pausó.- ¿Sabes? Dicen que cada año nuevo sirve para tener segundas oportunidades y, definitivamente, este año tengo una nueva oportunidad de cambiar mi vida y centrarme en un único objetivo-Paró durante unos segundos interminables.- tú. Este año, mi objetivo serás tú.
- Mamá, salgo fuera, supongo que Carol no tardará nada en llegar.- Dije desde la entrada.
- Vale, ten cuidado.-Me contestó sacando un poco la cabeza y observándome desde arriba las escaleras.
- Tú también y pásatelo bien.-Le sonreí.
Abrí la puerta de casa y salí fuera. Cuando me giré ya vi el coche de Carol, un Citroen C3, aparcado fuera. Me dirigí hacia él y me subí.
- ¡Hola!-Dije con una sonrisa.
- ¡Hola Lia!- Me respondió el saludo con un guiño.- Vamos hacia la fiestaaaa.-Dijo alargando la última "a".
- No tienes remedio.- Le dije divertida.
En veinte minutos llegamos a la casa de Ángel. Nunca había estado allí, por eso estaba un poco nerviosa.
- Venga vamos para dentro que hace frío, y seguro que ya habrá ido llegando gente.- Dijo Carol moviéndose rápidamente hacia la puerta de entrada.
Llamó un par de veces al timbre y al cabo de unos minutos se abrió la puerta. De dentro provenía gran olor a tabaco y alcohol y, encima, resonaba la música.
- ¡Heeey! ¡Primita! No sabía que vendrías con tan buena compañía.-Lo último que dijo me provocó náuseas. Nada más llegar ya encontré una persona con la que no quería volver a toparme: el chico que había abierto la puerta con un vaso en la mano.
- Lucas eres tonto...- Respondió Carol con gran indiferencia.- Lia, este es Lucas, uno de los hermanos de Ángel.-Se giró y me habló a mi.- Ahora un pequeño consejo-Dijo más bajo.- Cuando bebe tanto, no te le acerques, se comporta como un imbécil.
Cuando dejamos de hablar nos fijamos que Lucas ya había vuelto en medio de la fiesta, así que decidimos entrar. La casa ya estaba abarrotada de adolescentes bailando, chillando, riendo y con gran cantidad de alcohol en sus cuerpos.
Carol y yo estuvimos, prácticamente, todo el rato bailando juntas. Me extrañaba no haber visto aún a Ángel. Quiero decir, ¿Era su casa, no? Entonces ¿Qué motivos tendría para no estar allí?
Al llevar más de una hora bailando se me quedó la boca seca así que le dije a mi amiga que iría a buscar algo para beber, por eso me indicó dónde estaba la cocina para poder conseguir la bebida. Allí, me acerqué a la nevera, había gran cantidad de bebidas, pero lo único que quería yo, tan solo, era una coca-cola. Cuando cogí la coca-cola y me giré para volver a bailar me choqué con alguien y casi le echo toda la bebida encima.
- !Oh! Lo siento.-Me disculpé yo, mientras me iba de la cocina.
- No hay problema.- Respondió una voz grave y profunda, entonces dirigí mi mirada hacia ese chico.- ¿Tú no eres la chica con la que ha llegado Carol?- Me preguntó.
- ¿Te conozco?-Le respondí con otra pregunta, estaba indecisa.
- Sí, bueno, no, no. Tú no, pero yo sí te conozco.- Levanté una ceja en señal de curiosidad.- ¿Eres Natalia, no?
- Lia, prefiero que me llamen Lia.-Respondí inmediatamente.
- Sí.-Dijo con una sonrisa, con unos hoyuelos marcados.-Eres tú. Yo soy Jose, el hermano de Ángel. Y también primo de Carol, la verdad es que he oído hablar bastante de ti.
- Pues lo siento, yo no de ti.-Le dije. Cuando me hubo dicho que era el hermano de Ángel entendí las semejanzas con su forma de sonreír, marcándole los hoyuelos, y sus ojos, aún más esmeralda que los de ese Señor Ego.- Si no te importa vuelvo con mi amiga.-Dije mientras pasaba por su lado, pero él me lo impidió cogiéndome la mano.
- ¿Sabes? Lo que me han contado de ti no te hace justicia, eres mucho mejor en persona.- Instantáneamente me sonrojé.- Sí, definitivamente tienes un encanto especial. No me extraña que hasta mi hermano haya quedado rendido a tus pies.- Jose hablaba de una forma muy natural, pero a mi con cada palabra que había dicho hizo que mi corazón se acelerase aún más.
- ¿Qué dices?- Pregunté yo intentando hacerle especificar más.
- Nada, nada.- Me dejó la mano libre.- Creo que a partir de la semana que viene iré más a menudo a la repostería, tan solo para verte.
Cuando terminó de hablar me dirigí rápidamente con Carol. Esa noche pude comprobar que Ángel y sus hermanos, físicamente eran muy parecidos, pero su actitud era completamente opuesta, y tenía que admitir que prefería mil veces más el carácter de Ángel que no el de sus hermanos.
Durante el rato restante, volví a bailar con Carol. Ángel no apareció en ningún momento, lo que me extraño aún más, pero conseguí olvidarme de él al bailar con mi mejor amiga. A las doce menos cinco minutos casi toda la casa aún estaba bailando, pero yo decidí parar e ir a otro sitio para poder tomarme las uvas. Realmente, es una tradición sin mucho sentido, pero era fin de año y necesitaba hacer algo que me mostrase que mi vida no había cambiado tanto en tan poco tiempo. Así que me fui y me tomé las uvas en una habitación de arriba.
Allí me quedé un rato más observando por la ventana y viendo toda la gente que iba de fiesta.
Sin haberme dado cuenta alguien entró en la habitación pero no noté su presencia hasta que tuve a esa persona junto a mi espala cogiéndome por la cintura.
Noté un aliento suave, delicado y cálido en mi oreja derecha.
- Natalia...- Cerré los ojos. El corazón notaba que en cualquier momento saldría disparado de mi pecho.-Feliz año nuevo.- Pausó.- ¿Sabes? Dicen que cada año nuevo sirve para tener segundas oportunidades y, definitivamente, este año tengo una nueva oportunidad de cambiar mi vida y centrarme en un único objetivo-Paró durante unos segundos interminables.- tú. Este año, mi objetivo serás tú.
¡FIN DEL 11º CAPÍTULO!
Espero que os haya gustado. Sé que he tardado más de la cuenta, pero es que la semana pasada ya os dije que no pude, el viernes y el sábado estuve ocupada por el BT (que si queréis leer mi experiencia en el concierto podéis leerla aquí: MI EXPERIENCIA EN EL BT), luego el domingo estuve agotada y tampoco pude y bueno esta semana digamos que no me encuentro muy bien así que espero que me perdonáis y que este capítulo haya valido la espera.
¡Un abrazo estra-grande! ¡Se os quiere!
Espero que os haya gustado. Sé que he tardado más de la cuenta, pero es que la semana pasada ya os dije que no pude, el viernes y el sábado estuve ocupada por el BT (que si queréis leer mi experiencia en el concierto podéis leerla aquí: MI EXPERIENCIA EN EL BT), luego el domingo estuve agotada y tampoco pude y bueno esta semana digamos que no me encuentro muy bien así que espero que me perdonáis y que este capítulo haya valido la espera.
¡Un abrazo estra-grande! ¡Se os quiere!
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