martes, 12 de febrero de 2013

Between sugar and love 3

CAPÍTULO 3


Llevaba ya dos horas esperando en el hospital. Eran las 22:30 h. La tensión que llevaba acumulada, desde que entré en casa y me encontré a mi madre de esa forma, ya era inaguantable. Cuando hube llamado al 112 tardaron menos de diez minutos en que llegase la ambulancia. Durante todo el trayecto estuve llorando. "¿Por qué mamá?" "No tenías motivos..." "¿Querías dejarme a mi sola?" "Juntas podemos conseguir superarlo todo... Pero no tienes que rendirte..." Pensamientos de ese tipo no paraban de rondar por mi cabeza. No lo aguantaba más. ¿Cuánto más tardarían en decirme cómo estaba? Ya me había tomado dos cafés que sabían a agua destilada... Pero ¿Qué más podía hacer durante esta espera interminable?

- ¿Familiares de Clara Jiménez?- Me levanté de golpe de la silla de la sala de espera en la que estaba sentada.
- Sí, soy su hija. ¿Está bien?-Mi voz sonó a desesperación.
- Tranquila, tu madre se encuentra fuera de peligro. No hace falta que te preocupes.-Me dedicó una sonrisa tranquilizante.-Pero antes de todo me gustaría hablar contigo, en privado mejor, por favor.
-Claro. ¿Pero podré ver a mi madre?- Arrugué la frente, necesitaba verla lo más pronto posible.
-Sí, pero antes de que la veas quería charlar de algunos temas serios, es importante.-Repitió el doctor.

Asentí con la cabeza y le seguí por los pasillos del hospital. Me llevó a una sala que me  pareció ser la consulta de algún pediatra.

-Vamos a ver, el tema con el que quiero tratar es un poco delicado, así que necesito tu total sinceridad, ¿Entendido?-Me hizo una mirada de advertencia.
-Sí, entendido.-Me asustaba lo que podía llegar a decirme.
-De acuerdo.-Inspiró profundamente antes de hablar.- Vamos a ver, primero de todo querría presentarme; soy David, uno de los psicólogos de este hospital y me han informado del caso de tu madre. Pienso que eres lo suficientemente grande como para al menos saber qué le ha pasado a Clara, ¿Verdad?
-Emm...-Tenía razón. Este tema era complicado de tratar. Noté cómo se empezaba a crear un nudo en la garganta.- Bueno, creo que tampoco hace falta ser un detective para saberlo, ¿No?- Y ahí estaba, otra vez, mi carácter tan borde que saco cuando las cosas me ponen de los nervios.
-Tienes que entender que yo solo pretendo ayudarte, ¿Vale? Así que intenta abrirte un poco, por favor.- Este hombre, en verdad, estaba teniendo mucha paciencia conmigo.
-Cuando llegué a casa me la encontré tirada en la cama y con un bote de pastillas para dormir completamente vacío, estaba inconsciente, así que deduzco que intentó suicidarse, ¿No, doctor?- Estaba hablando con un tono un poco sarcástico. ¿Qué pensaba este psicólogo? ¿Que tenía seis años y no tenía ni idea de lo que había tratado de hacer mi madre? Yo lo único que quería era ver a mi madre y no perder el tiempo con charlas tontas.
-Me gustaría que me llamaras por el nombre.-Esta vez lo dijo un poco más cortante.-Tu madre intentó suicidarse con pastillas para dormir y, realmente, tomó gran cantidad de pastillas, pero los médicos dedujeron que no lo hizo mucho antes que tu llegaras a casa y llamaras la ambulancia. Con esto quiero hacerte ver que si hubieras llegado un poco más tarde, puede que ya no hubieran tenido ninguna opción de salvarla.
-¿Y con esto quiere llegar a...?-Necesitaba que terminara cuanto antes.
-Una sobredosis de pastillas para dormir desactiva completamente las actividades del cuerpo, incluyendo el sistema nervioso, el respiratorio y el cardiovascular. Al dejar de funcionar estos sistemas provoca la muerte de la persona, pero como son pastillas anestésicas y tranquilizantes, una sobredosis hace que la persona no sufra ningún dolor. Muchas persones, de esta forma, al temer que vivir les pueda causar más dolor, prefieren tener una muerte "dulce" y sin ningún daño que sufrir. Estas sobredosis, también, es considerada como un problema psicológico, ya que si una persona decide terminar con su vida de esta forma es porque tiene un problema y necesita ayuda. Estos casos, muchas veces, son causados por estrés físico o enfermedades menta...
-Mi madre había caído en depresión.-Corté lo que estaba diciendo el Dr. David.- Hace cuatro meses de ello.- No me atrevía a mirarlo a la cara. Este tema me afectaba demasiado.
-¿CUATRO MESES?-Su reacción me sobresaltó.-Al menos iba alguna terapia, ¿Verdad?
-No.
-Con cuatro meses de depresión y sin ningún tipo de terapia, me sorprende que tu madre haya soportado tanto tiempo esta situación. ¿Podría preguntarte el porqué cayó en esta depresión?.
- Teóricamente ya lo has preguntado, así que no sé porqué pides permiso, pero bueno...-A veces pienso que debería aprender a reprimir un poco mi carácter.- Mi madre... estuvo durante un año estuvo viviendo con un hombre...
-Me podrías decir su nombre, por favor, es para aclararme un poco.- David estaba anotando cosas en una libreta mientras hablaba, así que yo seguí relatando la historia.
-Saúl. Este hombre, cuando mamá y él se conocieron era muy buen hombre, era atento, divertido, chistoso, alegre... Era, simplemente, genial. Pero a los dos meses de vivir juntos, Saúl empezó a beber mucho. Llegaba a casa, cada noche, por la madrugada y borracho. No trabajaba, se aprovechaba de lo que ganaba mi madre y...-En este punto de la historia ya hacia rato que me había puesto a llorar.
-Que sepas que no te voy a juzgar por lo que me cuentes, pretendo ayudarte. Solo, cuéntamelo y juntos buscaremos una solución para tu madre.-Me sonrió y eso me reconfortó.
-Más de una vez, cuando Saúl llegaba a casa borracho, oía a mi madre y a él discutiendo y... Bueno, llegué a verlo pegar a mamá. Y, después de que estuvieran unos siete meses así, mi madre no lo aguantó más y consiguió separarse de ese hombre.
-¿Se casaron alguna vez?-Seguía anotando cosas.
-No.
-Entonces, para separarse ¿qué hizo tu madre?
-Pidió una orden de alejamiento y cuando logró deshacerse de ese... Al haber aguantado, tanto tiempo, todos sus maltratos cayó en esta depresión.
-Ten.-David me ofreció un pañuelo para secarme las lágrimas y para mocarme.- A parte de todo esto que me has contado ¿Recuerdas algún dato importante que crees que debería tener en cuenta?
-No ahora mismo no.
-Vale, está bien. Si te viene algo a la cabeza que crees que puede ser importante para tratar el asunto de tu madre, llámame.-Me pasó una tarjetita que se sacó de su bata de médico, donde ponía su número de teléfono.
-Gracias lo tendré en cuenta.-Me levanté de la silla en la que me había sentado.
-Antes de que te vayas. Quiero que sepas que yo ya conocía a tu madre.
-¿Perdon?-¿Qué me estaba diciendo ahora?
-Clara y yo ya nos conocimos en el instituto y éramos buenos amigos, por eso he decidido tratar este asunto como amigos y no cobrarle las sesiones.
-¿Qué?
-Pienso, y creo que tu también lo piensas, que tu madre necesita terapia con un psicólogo, por eso me gustaría llevar su caso yo mismo sin cobrarle nada. Lo haría como un favor.
-Emm.. yo... No sé qué decir... Muchas gracias de verdad.-Después de toda esta larga charla con David, consiguió sacarme una sonrisa.
- No es nada. Pero creo que ya va siendo hora que vayas a ver a tu madre. Vamos.-Me hizo un gesto con la cabeza.

Lo seguí, otra vez por los pasillos del hospital. Subimos al ascensor y pulsó el piso cinco. Al llegar allí, me indicó y me dijo que estaba en la habitación 531. Me dirigí hacia allí. Cada vez que daba un paso más me penetraba aún más el olor a hospital. Este olor me repugna, no me gusta nada. Solo que esta vez, en lugar de huir del olor, como siempre acostumbraba a hacer, lo enfrenté y fui a la habitación de mi madre. Ya eran las doce de la noche. Mañana no pensaba ir al instituto, me quedaría cuidando a mamá.

Abrí la puerta con cuidado de no hacer mucho ruido. Allí estaba ella. Tumbada en la cama. En la forma que estaba puesta parecía mas delgada y delicada de lo que ya era.

-Mamá...-En ese momento no lo soporté más y rompí a llorar mas fuerte que nunca.-No, mamá... Nunca más... Nunca más me vuelvas a hacer esto... ¿Me oyes? Nunca...

Entre tantos llantos y suplicas terminé durmiéndome, cogiendo la mano de mi madre y sentada en un sillón que estaba al lado de su cama.

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El móvil me despertó. Abrí los ojos con dificultad. Me dolía mucho la cabeza, debía ser por haber llorado tanto, anoche. Miré la pantalla del móvil. << Mensaje de Carol >> Pulsé en abrir. 

<< Ahora mismo salgo de casa y paso a buscarte con tu coche. Gracias otra vez por prestármelo anoche. Cinco minutos y estoy en tu casa. See you soon >>

 No me acordaba que Carol había cogido mi coche, así que le escribí una respuesta rápida:

 << Hoy no iré al instituto. Estoy en el hospital con mi madre, anoche la ingresaron. Te quiero. Hablamos mas tarde. xoxo >>

 Después de esto, inmediatamente recibí su respuesta:

 << ¿¡QUEEE!?  ¿Está bien? Esta tarde, después de clases, me paso a verte. >>
<< No te preocupes, ahora ya se encuentra bien. Pero si no te va bien, no hace falta que te vengas (lo digo por el trabajo...) xoxo>>
<<Que le den al trabajo y a Ángel... Ahora solo pienso en ir a ver cómo estáis, tu madre y tú, ¡Las dos!... Cuídate, entro a clase... :) >>

Una vez terminamos de enviarnos mensajes no hice gran cosa. Me pase toda la mañana hablándole a mi madre, aunque no estuviera despierta. Las enfermeras que vinieron a ver el estado de mi madre me contaron que la tenían sedada, solo de forma temporal, porque estaba muy débil y necesitaba ganar más nutrientes. 

Todo el día pasó muy lento, pero no quería separarme de mi madre. Me daba la impresión que en cuanto le diera la espalda le pasaría algo.

Hacia las cinco de la tarde llamaron a la puerta de la habitación.
-Adelante-Dije yo.
-Hola...-Se asomó una cabeza por la puerta, aunque por la voz ya sabía quién era.
-Carol, ¡Hola!- Con solo un saludo consiguió sacarme una sonrisa.
-No podía aguantar más y he venido a veros. Me tenías muy preocupada.- Vi que se le humedecían los ojos y, entonces, me abrazó más fuerte que nunca.- Tenía mucho miedo por ti, Lia.
-¿Por mi? Pero si yo estoy bien...
-Pero tu madre no, y cuando ella no está bien, tu acostumbras a estar peor aún.-Me apretujó más fuerte.

Llevábamos bastante rato abrazadas cuando sentí alguien decir:

-¿Se puede?- Lo vi en el umbral de la puerta. Ángel. Entonces me separé un poco de Carol y me dirigí a él.
-Eh... Sí, pero ¿Qué haces tu aquí?- Me extrañaba que hubiera venido.
-Lia, Ángel ha venido conmigo, cuando llegué al trabajo, le conté la situación en la que estabas y me dejó salir antes del trabajo, pero decidió acompañarme...
-Oh... -No sabía que decirles.

Ángel se adentró a la habitación y me dió un ramo de flores.

-Esto es un pequeño detalle. No sabía qué traer a alguien que está en el hospital así que he pensado de esto sería una buena idea.-Dijo un poco avergonzado, pero aún así mostrando seguridad en él mismo.
-Gracias...Supongo...

Me extrañaba mucho su carácter...

Ángel y Carol se estuvieron una hora más conmigo y mi madre. Ángel no habló nada, en cambio Carol me informó de todo lo que hicieron en clase y yo le expliqué todo el asunto de mi madre.

Luego, cuando se fueron les acompañé hasta la puerta del hospital y me despedí allí de ellos. Me fui al bar a comprar un bocata para cenar y volví a subir a la habitación con mi madre.





FIIIN DEL 3R CAPITULO!!
Ahora, esta vez, a parte de comentarme (Que me encanta que lo hagáis, así me entran más ganas de seguir escribiendo), os pido, por favor, que para saber a quién tengo que avisar cada vez que suba capitulo nuevo, le diérais RT o fav. a este TWEET

Sé que este cap no es muy bueno pero espero que el próximo os guste mas :)











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